31.12.05

Con salud o pocho, da igual

(Artículo para el suplemento especial de Fin de Año)

A ver, sinceramente, con una mano en el corazón, la otra en la cartera y la del vecino en el gaznate, ¿a que, de todos los deseos positivos de salud, dinero y amor que formulamos el año pasado por estas fechas, no se ha cumplido ni uno? Pues claro que no, hombre, ¿qué esperaban?, ni que la vida fuese bonita, ni que el devenir cotidiano lo escribieran los guionistas de “La abeja Maya”, ni que hubiera alguien supremo y bondadoso escuchando nuestras sandeces existenciales, con la de cosas que hay que hacer por uno mismo y lo entretenida que está la tele a todas horas y en todas partes. Yo no digo que a lo mejor uno o dos estúpidos, presuntuosos y muy egoístas anhelos sí que se han hecho realidad durante este 2005 al que hoy le pegamos el pestugazo que se merece, tampoco vamos a exagerar ni a ser unos absolutos malafollás, pero sin duda dicha materialización no ha servido sino para atraer más disgustos y sinsabores, las cosas como son. Es verdad que a la vida no se le puede pedir más que salud, dinero y amor, que es lo que siempre estamos exigiendo en el ambulatorio de la Seguridad Social, en la Caja de Ahorros de Algo y en el club “Fantasía”, como si lo mereciéramos, pero oye, una cosa te voy a decir ahora que estamos en confianza y que los niños se han acostado con dos azotazos en el culo: que nada es tan bonico como se nos pinta y que de todo se cansa uno, hasta de comer quesitos, con lo ricos que están. Así, teniendo en cuenta que el trío de virtudes juntas no pueden ser y que además debería estar prohibido y penado por real decreto ley, desglosemos los pros y los contras de los tres conceptos que nos ocupan en este alegre artículo que me está saliendo. A saber. Mucha salud no es buena, porque estás siempre con el subidón puesto y queriendo hacer cosas que, después, la falta de liquidez te arrumba —con el polvo ya añadido— en el desván de los soñadores o, en su defecto, en el zaquizamí de los ilusos, y a tomar por culo la bicicleta, nadie va a dar un duro (mucho menos un euro) por algo que no entienden cómo no se les pudo ocurrir a ellos y sí a un mamarracho medio mentecato, eso de que la imaginación es suficiente era antes, se lo inventó un cipote que decía hincharse de jamón de Jabugo mientras le arreaba bocados a un macizo de chóped, con las lágrimas saltadas. Por el contrario, mucho dinero sí mola, para qué nos vamos a engañar, eso es lo mejor que hay, a mí que no me digan que es lo mismo una cartera gorda por los almanaques que te regalan en los puestos de la plaza que obesa por su razón de ser, porque no me lo creo; pero entonces es que no se quita uno de encima a los pobres y a los amigos y a las tiarracas y, quieras que no, terminas careciendo de la más mínima intimidad y te mudas de ser un romántico solitario tieso, un perdedor, un maldito, un juanpelotas, a un gorigorigó chimpón, o sea un pelanas exitoso entre pelanas, un cuentachistes al que hay que reír para que después te preste, y no, tampoco es eso, si bien el inconveniente es soslayable, no hay que ser tontos, no vayamos ahora por esto a renunciar a pegar el pelotazo, jolín, con salud o pocho, eso da igual, que otra oportunidad no la vamos a tener, amigo, y mientras tú te lo piensas, otros se lo están llevando fresquito y muerto y ya entalegado, la leche que mamaron. Por último, respecto al amor..., bueno, sí, claro, qué remedio, a ver quién le dice que no, a ver quién lo critica, sería incorrecto, de rancio y malafollá para arriba me pondrían; pero qué leche: yo observo a mis periquitos, el Juanlu Cañabate y la Toñi Heredia, que se llaman, ahí más bonicos que ná, dándose piquitos y restregándose las plumas el uno al otro, y me gusta, me enternezco, casi sufro erecciones, las tardes enteras se me pasan delante de la jaula, mas por otro lado me pregunto si lo de darse piquitos no será que se arrebatan canallamente el grano de mijo entre ellos, más que nada por joderse, y si lo de restregarse las plumas obedecerá a que les pica el piojillo (me niego a comprarles un spray de esos que contaminan el ozono) y prueban a ver si se lo endilgan al otro. No crean ustedes, los periquitos son una pregunta y cien respuestas, dan mucho que pensar, por ejemplo en que el mejor amor es el amor propio y la mejor amada o el mejor amado es la novia o el novio del que tienes enfrente, quien por regla general no se conforma con la salud rolliza que luce, el dineral que gana y gasta y el sueño que se calza emborricado cada vez que lo dejan, de manera que algo hay que arrebatarle, lo manda el siglo, lo dice (si lo buscas en Google) internet. Y en fin, que con todo esto yo no quería más que desearles todo eso que se desea hoy, pero por ir cubriendo las líneas que me faltan, a ver si me van a tomar ahora por un blandengue al que le importa la biología de los demás, no señor, anda y que cada uno toque la flauta que mejor suene. Y en todo caso, pongamos que me da por decir que feliz año nuevo; vale, bien, de acuerdo, pero no a todos, faltaría más, no a todos, que hay quien no se merece más años que los que ya lleva tocándonos las narices y contra los que los cuescos de las uvas nunca tienen nada provechoso que hacer, porque ésa es otra, la suerte... la suerte...

30.12.05

¡El alcalde tiene siete casas, tío!

Siete casas, tío, siete casas, el alcalde Miguel Sánchez de Alcázar de Navidad tiene siete casas, no una ni dos ni tres ni cuatro ni cinco ni seis, no: siete. Siete casas tiene el tío, siete. ¿He dicho que el alcalde jaenoncho tiene siete casas? Pues lo digo, por si acaso: son siete, siete casas (7) las que tiene, según figura en el registro de bienes del Parlamento, siete. O sea que este hombre coge y dice: “No, es tarde, ya me tengo que ir a una de mis siete casas, hasta luego”, y por el camino decide a qué casa se va. Los siete enanitos, los siete pecados capitales, los siete días de la semana, los siete magníficos, las siete y media y las siete casas del alcalde de Jaén, número cabalístico y pasote ande los haya. Una, dos y tres: ¡El hijo el Gori! Claro, así no se concentra con la ciudad, si ha de gobernar siete casas dime tú a mí las ganas que le quedan de dirigir el Ayuntamiento, pues ningunicas. La de inmigrantes temporeros que podía sacar del albergue para descongestionarlo, porque digo yo que, entre siete casas, algún roalillo le sobrará, ¿no? Ahí sus huevos, sí señor, eso es triunfar en la vida. Como político da escalofríos, pero se lleva siete casas. Y los demás que arreen.

29.12.05

La Carolina: títeres de cachiporra

Nos contó este diario que ferrizanos y casineros se mandaron a la mierda, se llamaron hijos de puta, se rompieron las gafas, se empujaron con saña y se hirieron las manos durante la comida fraternal que, por Navidad, celebra el PSOE de La Carolina todos los años, cucha tú qué cosa más chistosa. Claro, como son rojos, pues no creen en el Niño Jesús ni tienen espíritu navideño, o a lo mejor es que a alguien se le olvidó la gaseosa, quién sabe, así que, más que la Navidad, celebraron la de San Quintín. Sabrán ustedes que los ferrizanos son los de la Ángeles Férriz, secretaria general de los sociatas carolinenses y diputada de Turismo, y que los casineros son los del Javier Casino, que encabeza el sector crítico contra todo lo que huela a ferrizanismo y similares. Y así quieren éstos echar al chacho Ramón Palacios de la Alcaldía, la leche que les dieron, representando funciones de títeres de cachiporra para que se divierta el gran galápago de la derecha española. Al final se irá por su propio pie, dejándolos en un Puerto Hurraco político de chillíos, odios y escopetazos de mugre, y sonreirá don Ramón con el colmillo izquierdo. ¿No os da vergüenza, dejaros la comida en los platos?

28.12.05

Un mes en huelga de hambre

El Pacorreyes y el Calahorro estuvieron el otro día en casa de Jesús Hidalgo, que lleva más de un mes sin comer en protesta por las deficiencias del albergue de inmigrantes, manteniéndose únicamente con un galipuche de agua y azúcar y limón y no sé qué más, con lo ricos que están los tercios del Alcázar Navidad, jolines, y las rebanadas de pan con sobrasada fundida al microondas, que ya hay que tener valor, Hidalgo, cachi en los mengues, con lo que a ti te gusta comer. El Defensor del Pueblo Andaluz mandó a dos asesores al albergue y en el informe que emitieron reconocen y admiten lo chichinabo de algunos de los servicios por los que este miembro del colectivo “Queda la Palabra” está pasando más gazuza que el perro un ciego. Ahora le toca al alcalde de Jaén recibir y escuchar a una gente que a lo mejor no le va a votar en las elecciones venideras, pero a la que se debe como si fueran peperracos de toda la vida. Lo que pasa es que el Miguel no quiere, se niega, y mientras tanto Jesús Hidalgo continua una cuenta atrás que empieza a preocuparnos seriamente a sus amigos. Alcalde, joder, ¿qué le cuesta? Si no muerden ni tienen tiña ni son muy feos. ¿Cuánto más hay que rogarle?

27.12.05

Donde dios pegó las tres voces

Bueno, hombre, bueno. Entonces qué, ¿bien? ¿Cómo hemos pasado esta primera parte de las fiestas? Normalicas, ¿no?, como todos los años, ¿no es verdad?, con la familia. Pues como debe ser, hombre, como debe ser. En casa, recogidos, al brasero... Habrá que disfrutar de la familia antes de que se la cargue el ZP, antes de tener que compartir el pavo con la mujer de tu hija y el marido de tu nene, cago en diez. Nosotros, en casica, viendo la tele. A ver qué pintamos nosotros en la calle, con lo cara que está y lo peligrosa, o por ahí perdidos en la sierra, donde dios pegó las tres voces, asando chorizos en la chimenea, como hacen los progres y los drogadictos, ahí cuatro mataos pinchándose porros y planeando un mundo mejor, más justo, sin el PP, sin ataduras morales, toda la peña andando en pelotas y plantando sus propios pimientos, la leche que les dieron, partía “payazos”. Una Nochebuena más. Veremos a ver el año que viene. Yo, que estemos todos junticos, no pido otra cosa. Y con salud. Ahora vamos a ver si llegamos a Año Nuevo y nos quitamos ya de una vez el muerto de encima. Chiquillo, tengo una gana de que llegue la normalidad y se vaya cada uno a tomar por culo de una vez...

26.12.05

Eso es pasarse tres pueblos

Piden cuatro años de prisión para los dueños de un pub jaenita, por jaleosos. Pelín exagerado, ¿no? Dirán los vecinos denunciantes que es muy fácil ser condescendiente con lo que no se padece en carnes propias, y no les faltará razón; pero hombre, proponer tanto talego a alguien porque no te deja dormir con los decibelios de su negocio me parece una barbaridad y, sinceramente, teniendo en cuenta la de ladronazos, asesinos, apaleadores y violadores que los jueces ponen en la calle a la nada por afición y por ver qué pasa, también me parece un asco. Si hay delito y reincidencia contra el derecho al descanso de todo el mundo, multaca que te crió, pero gorda, de las que hacen pupa, no calderilla fácilmente recuperable, y dejemos la cárcel para los que de verdad se la merezcan, que los hay y la van pidiendo a gritos (en esos casos me la suda si la trena rehabilita o no al personal, lo importante es que quita de en medio). Aquí un caballero honrado le pega un palizón a su mujer que la revienta y la condena que le echan es no aproximarse a ella a menos de tantos metros, justicia centímetra que los salvajes suelen pasarse por los peludos gemelos del sur. No perdamos la perspectiva.

23.12.05

Los "gags" de Fernández y Parras

El alcalde de Linares y el rector de la Uja Piruja triunfarían en los escenarios como dúo cómico de esos que se dan sopapos y después quedan tan amigos y después vuelven a darse sopapos para volver a quedar tan amigos y seguir pegándose sopapos, tipo Zori y Santos, el Dúo Sacapuntas, los Hermanos Calatrava, esas cosas. “Fernández y Parras, guachas y guacharras” estaría bien que se llamaran, o “Juanito y Luisín, peleíllas sin fin”, y el título de la comedieta de su estreno, cómo no, podría ser “El campus de los líos” o “Politécnicas a gogó”, ahora que está de moda lo retro y lo cutre. Qué dos. Yo me los imagino de esmoquin y tocados con sombrerito canotier, muy histriónicos, discutiendo desordenadamente, haciéndose gestos amenazantes y graciosísimos con los puños y, de pronto, tras un golpe de tambor, zas, dándose la mano y algún pescozón amistoso a la velocidad del cine mudo. ¡Hola, don Luisito! ¡Hola, don Juanón! ¿Tiene usted ya su campus? ¡Calle, calle, por favor! ¿Vio usted a mi abuela? ¿Eh, cómo?... Y vuelta a enojarse y a darse coscorrones entre insultos en desuso, momento en que aparece un “boy” guapetón y dinámico, o sea Zarrías, y pone orden hasta nuevo aviso.

22.12.05

Las migas con chorizo y panceta

Algunos vendedores callejeros de Lotería de Navidad son muy tunantes: pese a como está el patio de malo y de sucio, tienen un sentido del humor que pa qué y aprovechan el paso de los que vamos sobrados de kilos por culpa de las glándulas endocrinas que poseen las migas con chorizo y panceta para gritar “¡el Gordoooo!” y quedar impunes, inocentes y hasta entrañables. Los hay que afinan más la gracieta y en su quehacer ambulante te siguen el paso y le añaden un verbo al pregón: “¡Mira el Gordoooo, mira el Gordoooo!”. Jopé, y a ver qué haces, ¿te vuelves y les replicas? Pues no, porque llevas todas las de perder. Lo mejor es comprarles un décimo, acariciarles la cabeza con él y desearles felices fiestas a él, a su toda su parentela y al del butano, que también es gordo pero no veas qué agilidad demuestra en los trances críticos. Por cierto, hoy, el Gordo de la Lotería de Navidad va a ser el 36776, y los demás premios mayores caerán en los números 43419, 3450, 18063 y 12346. Si usted posee alguno de estos números, enhorabuena: vaya comprando champán (cava catalán no, por dios bendito, que es pecado) y prepárese para regar pobres en la puerta de su administración de loterías.

21.12.05

Para el abuelo de Cristian

Si en el pasado pleno municipal le llegan a dejar leer el escrito que usted pretendía respecto a la muerte de su nieto (y que ayer reproducía íntegro este periódico), ellos, que dicen tener la conciencia tranquila, lo hubiesen tomado como la lógica actitud de un hombre con los sentimientos machacados por la pena y no le habrían prestado más atención que la obligada por el decoro, pero tal vez aguantándose las ganas de mandarle a callar y pasar a otras cosas más productivas, menos incómodas. Los políticos, como tales —estoy convencido—, no tienen sentimientos porque son contraproducentes para sus ambiciones y el éxito de sus partidos. Desengáñese: concretamente y de forma satisfactoria, no le van a responder nunca a las justas preguntas que usted les formula en ese escrito, porque entonces, según el modo que ellos tienen de ver las cosas, se estarían bajando los pantalones ante un ciudadano insignificante que debería limitarse a llorar su luto y dejarles en paz con sus asuntos, excepto cuando le llamen a urnas. Créame que lamento estas palabras que le dirijo, convencido de ellas. A veces la clase política se parece mucho a un pedazo de mierda. Pero no le estoy descubriendo nada.

20.12.05

Ni siquiera acierta con la marcha atrás

Entre horrorizado y aburrido, un día descubres que tu niño lleva meses jugando a atropellar viejas y a violar mocicas con el ordenador y la videoconsola, y te preguntas qué has hecho mal y le preguntas si no le da vergüenza y decides que la educación de tu niño ha que dar un giro de 237 grados, o más, aunque sospechas que a lo mejor ya es tarde porque el niño se ha hecho un zangalitrón y apenas te has dado cuenta de que se le pasaba y se te pasaba su edad moldeable, cuando aún no te miraba con la inquina, el odio y el asco con se mira a un ser insignificante que no se entera de nada y que se ha quedado a vivir en los años en que había que levantarse del sofá para cambiar el canal de la tele, de manera que la tarea que se te presenta la prevés tan ardua y coñazo, y puede que tan cara si precisa de un psicólogo, que finalmente optas por dos alternativas: castigarle sin móvil durante un mes o agarrar el mando y comprobar que tampoco es tan grave eso de atropellar viejas y violar mocicas, se trata de un juego, tú te pasaste la infancia pegando tiros de plástico y hoy no eres un terrorista, sólo eres un pobre padre que ni siquiera acierta con la marcha atrás para rematar a la vieja.

19.12.05

Cuando se extingan los ceniceros

Aquí, con lo aficionados que somos a demandar, que llevamos al “jujao” hasta a Paco Lobatón, con la de perdidos que encontró ese hombre, vamos a tener ahora un paraíso a cuento de la ley antitabaco de la ministra esa que no puedo ver ni en pintura, la tía, que es que sale por la tele y me da el arroz. Lo de entretenidos que van a estar los bares a partir de enero, ahora que los casi siempre chinchosos no fumadores pueden despotricar a sus anchas contra la minoría del gueto fumoso y miserable en el que nos meten, sin un solo derecho reconocido. En el cotillón de Nochevieja mismamente pueden empezar a practicar en cuanto se terminen de tragar la duodécima uva. “Feliz año nuevo, sí, paz, amor y prosperidad, vale, deme usted un besico, abuela, felicidades a todos; pero, o apagan ustedes los cigarros o le meto un puro al local que pa qué, conque ya lo saben”. Y la de gente que aprovechará para irse sin pagar cuando tenga que salirse a la puerta a echar un pito. Ay, qué sanos vamos a lucir, pero con cuánto mal gusto van a despojar ciertos ambientes del decorado de humazo, ese romanticismo que sólo los fumadores entendemos, apreciamos y amamos, patrimonio de las noches perdidas.

16.12.05

Si me llego a caer...

Los bestiales prejuicios de los que padezco, y que cualquier día me van a dar un disgusto, me hicieron creer durante unos segundos que la mano plana que me presentó el vigilante de seguridad era para no dejarme entrar a la carpa autobombística del Ayuntamiento jaenita, poco después de su inauguración, cuando en realidad con su gesto tan sólo me advertía del escalón de la puerta, en el que por lo visto estaban tropezando muchas criaturas desprevenidas. Agradecido. Nunca está de más que te eviten un costalazo, sobre todo en un sitio tan ridículo y delante de unas azafatas tan guapas, que con más o menos disimulo se hubiesen mofado, es natural, máxime si con el cepazo se me caen las gafas, cosa que suele pasarme cuando abocino, y no hay nada más patético e hilarante que un tiarrón desparramado por los suelos y buscando sus gafas a tientas. Qué horror, menos mal que me avisaron del peligro y, así, pude echar un vistazo tranquilamente a lo que parece la exposición de un muerto de hambre con aires de grandeza o una pinacoteca surrealista de la demagogia, el desajuste y la caradura, con villancicos, anís y la ausencia de un listado de deudas cebolleras. Anda, que si me llego a caer...

15.12.05

Con los dientes apretados

Zapaterito el bueno, el del talante, el del consenso, el del bien común, el socialista obrero, ese tío que ya se nos está haciendo un poco hartizo y empalagoso, nos va a subir el recibo de la luz y a quedarse tan fresco. Aquí tienen ustedes la columna típica, tópica y necesaria, tan necesaria que, a mi juicio, nadie debería dejar de escribirla contra cualquier gobierno que apruebe la gran putada que siempre será el aumento de las facturas por servicios de primera necesidad. Porque, además, piensen ustedes que la subida no es sólo la de casica, sino también la que le tenemos que pagar a la Moncloa, la Zarzuela, el chorro ministerios y las infinitas administraciones públicas. Y qué pasa, ¿va a ser de mejor calidad la electricidad que irrumpa en la intimidad de nuestros hogares, dará menos calambre, lucirán las bombillas con un halo lujoso de fantasía, se meneará la lavadora a ritmo de chachachá? Pues no, habrá apagones, tardarán en arreglarlos (que se lo digan a los canarios) y una vez más nos tendremos que aguantar con los dientes apretados. Porque el Gobierno manda. Estos sociatas serán muy progres, pero a la hora de sodomizar al contribuyente, igualitos que los derechúos.

14.12.05

¿Tuvieron culpa los perros?

A la puerta de un rico avariento llegó Jesucristo y limosna pidió, y en lugar de darle la limosna los perros que había se los azuzó o se los asusó o se los achuchó. Porque unos dicen azuzar, otros asusar y otros achuchar, y aquí no hay quien se aclare, dan ganas de no cantarlo. Cuando uno llega a ese verbo, todo emocionado y con la vena del pescuezo hecha una soga, siempre están los correctores de turno que no se conforman con tocar la pandereta y basta: “¡Azuzó no, cipote: achuchó! ¡Achuchó no, cipote: asusó! ¡Asusó no, cipote: azuzó!”. El caso es quedar de ignorante. Pero de lo que no hay duda es de que el rico avariento tenía una mala hostia que no podía con ella. No me des limosna si no quieres, tío agonías, pero jopé, no me eches a los perros, que no vengo a robarte, que soy Jesucristo y no veas la guerra que voy a dar, ya verás cómo te van a poner a ti en los campanilleros, yo que tú trataba de limpiar mi imagen. De ahí que luego quiso Dios que los perros murieran de rabia y el rico avariento pobre se quedó, que también es pasarse, digo con los perros, animalitos, si estaban entrenaos para ser azuzados, o asusados, o achuchados, o leches... Al avariento sí, que le den.

13.12.05

El que se cabrea tira la garrota

No es coña, de verdad de la buena que no es coña, cuando afirmo que estoy convencido de que el Ayuntamiento de Jaén ya es que la goza provocando a la ciudadanía, a la prensa, a la oposición... Le gusta hacernos rabiar, se parte y se monda con nuestros enfados, puede que incluso ciertos munícipes peporros alcancen algún tipo de calentón mórbido ante el espectáculo de la indignación que, a cosa hecha, producen y orquestan. Y cantarán aquello de: “El que se cabrea, tira la garrota, cuando va a por ella, ya la tiene rota...”, para mayor inquina espumaraja. Lo último ha sido pegarle un patadón al mercadillo medieval de todos los diciembres para montar la carpa de su circo de pobres en la Plaza de la Constitución. Ay, la leche que les dieron. Con lo bonito que era ir a comprarles aromas y ceniceros de palo a las jipilillas vestidas como en el año catapún y que te rascaran la espalda y la calva con los artilugios esos tan relajantes, que se quedaba uno sopa y quería más, más, más... Pues se acabó. Ahora, según ellos, hay que ir a su carpa promocional a que se nos ponga gorda la autoestima de contribuyentes jaenotas. A buenas horas. Vaya tostón, vaya robo y menuda poca vergüenza.

12.12.05

El cabo Benedicto a sus órdenes

Qué chistoso el Papa el otro día poniéndose el tricornio de los civilones. Bueno, poniéndoselo... Se lo encasquetó en la germana cabeza, encima del solideo, del que el clero sólo se destoca ante Dios, pero no llegó a despegar los dedos de él, se lo quitó enseguida y me da a mí que sin saber muy bien si había metido la pata o no, de manera que no es para que el Cuerpo se alegre tanto, que a algún “pater” de cuartelones por poco le da un síncope de felicidad, qué pasión. Ahora dicen que más de un gitano se va a hacer ateo. Ji ji. Y que Ratzinger ya no dará las bendiciones, sino el alto. Ji ji. Verás tú que este Papa también nos sale payaso y coñón, cosa que nunca está mal, hay que relajarse de tanto boato, la hipocresía cansa, el incienso fatiga. Porque después vimos que se probó otro gorro, uno con pluma, y pensamos que a lo mejor va a ser ese el gesto habitual de su papado, como el del Juan Pablo era besar la grasilla del suelo de los aeropuertos. Sitio al que vaya, zas, gorrete que se pone para que le hagan la foto: desde sombrerazos de mariachi hasta boinas capadas. Ahora todos los gremios con gorro querrán que Su Santidad se ponga el suyo. Y será Benedicto XVI el Gorrero.

9.12.05

Que nadie nos llame caguicas

Algo gordo tiene que haberle hecho el cielo jaenita a la aviación, algo muy gordo, porque si no, no se explica tan inopinado tránsito de aparatos alados y de hélice metiéndonos el susto en el cuerpo, y con razón, de manera que nadie nos llame caguicas, que la tragedia de Baeza ocurrió y no es un invento, por desgracia. Hace poco, un helicóptero cabriolón y virguero, del que en un principio nadie sabe dar razón, vino a sustituir al bicharraco que rompió la barrera del sonido y, de milagro, no rompió también la Puerta Barrera. Yo me acuerdo que de chaveíllas, una vez al año (si la Vuelta Ciclista evitaba Jaén), oíamos y veíamos pasar un helicóptero por encima de Peñamefécit y teníamos muy clara su identidad: “Ahí va Franco a cazar ciervos en Cazorla”, y cantábamos aquello de “Franco, Franco, tiene el culo blanco porque su mujer se lo lava con Ariel”, bien alto, a ver si nos oía y pasaba mal rato, el hombre. Lo curioso es que el Caudillo ya se había muerto, pero nos daba igual: ahí iba Franco a cazar ciervos en Cazorla y se acabaron las discusiones. A ver si, ahora que los jaenotas ya no nos paramos a ver pasar las ambulancias, vamos a coger tortícolis y otros males del pescuezo.

8.12.05

Para la Inmaculada de Jaén

En el día de su onomástica felicito a Inmaculada Solar, o sea mi Inma, y ya aprovecho para preguntarme dónde diantres se mete, qué pasa y qué le pasa y si de verdad nos merecemos que nos haya dejado sin esas declaraciones de porretazo que tanto nos alegraban la existencia, esa dicha mañanera de abrir el periódico y encontrarte con el arrollador castañazo solarino del día, con el trueno inmaculado de sus críticas y defensas, me cachis en los mengues, ella que veía un micrófono y le dejaba la alcachofa hecha jirones, a ella que le ponían delante una cámara y el objetivo terminaba con presbicia y astigmatismo, amén de acojonado. Ésa es la Inma que queremos. Grandes ilusiones nos hicimos el otro día con el estruendo del avión, dijimos: “¡Cucha, la Inma!”. Pero no era. Porque está el otro, el Pili de la Mili, el Josenrique, pero no es lo mismo, ande va parar, ese muchacho engola mucho la voz y sus cabreos son teatreros, se ve que Jaén ya no le importa un pituelo y que pronto prosperará en Geografía, no nos interesa ni le interesamos. La Inma, mi Inma, es la que falta, y con pantalones, déjate tú de faldas, no eches cuenta. Reclamada estás, niña Inma; ahora, a ver el caso que haces.

7.12.05

Martínez Molina: la cruzada

La calle Martínez Molina es territorio comanche, se aconseja no pasar por esa calle hasta que uno de los bandos enfrentados abandone el campo de batalla, ya sea derrotado o vencedor. Por la noche, una gentuza —posiblemente comandos organizados para el desgaste, guerrilla— se dedica a destrozar lo recién instalado y, de día, los albañiles, con su presunción de inocencia y todo, zurran a los comerciantes alérgicos al polvo, quienes a su vez les arrojan patatas en un acto de defensa tubércula y propia. Y arreando pa los tribunales. Laírgen qué historieta. Este es el Jaén que yo digo: lagártico, absurdo y chinchorrero, el Jaén del “ara verás tú ese” y del “no me sale de los cojones” y del “por mis chiquillos que ese tío no echa ahí el cemento”. Las obras de la calle Martínez Molina se recordarán, cuando acaben (si acaban, y con bien, tenga dios alejada de ella el luto), como las de un drama de barrio o una cruzada en el nombre del santísimo Plan Urban, alguien dirá que las baldosas se hallan fijadas sobre pegotes de odio e indignación y los tres turistas que asoman por aquí le harán fotos al recuerdo de una contienda fratricida para, después, cachondearse de ello con los amigos.

6.12.05

Te queda la palabra, Hidalgo

Este Ayuntamiento jaenarro tan repelentemente derechúo que tenemos acusa a Jesús Hidalgo —un miembro del colectivo “Queda la Palabra” que, a la hora de escribir esta columna, vive su octavo día de huelga de hambre— de instigar a los inmigrantes del albergue a revolverse y amotinarse. Lo acusan incluso de haberlos emborrachado para que actuasen violentamente contra las deficitarias condiciones del centro y la escasa calidad de la comida que les dan. Y estudian denunciar a este hombre. Bueno, pues que estudien, que falta les hace limarse un pelín las durezas de las entendederas. Por mi parte, yo les puedo echar una mano para que sobrelleven el arduo trabajo intelectual lo mejor posible. Conozco a Jesús Hidalgo, lo conozco muy bien, y no es un tipo perfecto, ni muchísimo menos, al contrario: en mi opinión, controvertido y demasiado apasionado. Pero que Jesús Hidalgo recurra a la violencia como solución es igual que decir que el concejal Antonio Lucas va todas las noches al albergue a darles de comer y cantarle nanas a los inmigrantes para que duerman y sueñen con los angelitos. Falso. Eso es calumnia. Así que, a confesarse, Mohedano, que estás en pecado mortal de los gordos.

5.12.05

Agresión, colegio y silencio

Lo de la agresión el otro día de una madre a una profesora de un colegio jaenaco empieza a echar un pestazo que no es ni normal. Aquello no fue un incidente pasajero, a mí que no me digan. ¿Qué pasa? ¿Qué pasó? Y sobre todo, ¿por qué pasó? Porque de lo que estoy convencido es de que pasó más de lo que nos han contado y de lo que quieren que se cuente. La carta del viernes publicada en este diario y firmada por seis directores de colegios públicos, chinchosos y censores, nos viene a recordar aquello de “ver, oír y callar”, cosa que a un medio de comunicación es chominá pedirle, mucho menos exigirle, y muy bien que hace. La noticia de la agresión parecía una más, que ya no es nueva, entre las que lamentablemente pueblan la actualidad y la vida en las aulas; pero después de tanto silencio, escondites, cuchicheos y después de tanto “aquí no ha pasado nada” por parte del colegio e incluso de la Delegación de Educación, la chamusquina eleva y expande su hedor secreto, uno ya no puede pensar otra cosa: hay que comprender que el morbo, la mala espina y el gato encerrado se acrecientan precisamente con el disimulo. No creo que sea sólo cuestión de desprestigio. Tiene que haber más.

2.12.05

Tles litlos a tles eulos, señola

No, si por unos lados está bien eso de compartir con los chinos nuestros conocimientos del olivar y el aceite, a ver, si las criaturas han mostrado interés por ver cómo es esto de la pringacha, pues qué le decimos, ¿que no? Todo lo contrario. Más de uno habrá disfrutado de maestro, como si lo viera: “Mire usted, señor chino, se trinca la vara asín, bien trincaíca, y se empieza pon, pon, pon, pon..., ¿ve usted?, pero con cuidao, sin dañar la oliva, que es nuestra mama, y aluego después, las chinas esas que vienen con usted, la Chunlín y la Pichinlú, que cojan la aceituna, y ligerito, ni pollas, que no tenemos tol día y todavía nos quedan unas cuanticas hectáreas, ya que se ponen...”. Porque la sabiduría monopolizada es el oscurantismo de la cultura y todo eso que se dice para quedar uno como dios de leído. Mas, por otro lado, conocer ya conocemos a los chinos, y hombre..., teniendo en cuenta cómo curran los jodíos, el poco jornal con el que se conforman y lo baratísimo que venden, a ver si vamos a tener en un futuro que besarles los pies a los italianos porque nuestras ventas de aceite no den más que para unas gotas que echarse en las quemaduras y a las bisagras de las puertas.

1.12.05

El tonto, lo tonto y la tontería

Lo leímos ayer: absuelven a un guardia civil que llamó “tonto” a un funcionario. Ji ji, qué cosas. Ya hay que ser tiquismiquis para molestarse y denunciar a un picoleto porque te ha dicho “tonto”, con lo graciosa que es la palabra “tonto”, yo me pasaría el día pronunciándola: tonto, tonto, que estás tonto, sin señalar. Ji ji, es que es graciosa, no me digan que no, no me lo digan. Pero, a ver, el hombre se molestó, y si se molestó y se sintió injuriado, pues hizo bien en denunciar. Lo que pasa es que habría que echarle de comer aparte a la justicia si condena a alguien por llamar “tonto” al prójimo, vaya un crimen. No sé, creo que hay insultos peores, insultos que denigran de verdad, como por ejemplo “pánfilo” y “papanatas”. A mí que nadie me llame “pánfilo” ni “papanatas” porque cojo y me querello, faltaría más. Sin embargo, “tonto” es tierno. Y muy versátil. Uno puede decir “saca la mano de ahí, tonta” y no terminar en el juzgado, sino en un revolcón la mar de amoroso y saludable. Y del aumentativo qué me dicen: “tontorrón”. Eso ya es delicioso, una categoría. No seamos tontos y desocupemos un poco a los jueces, que luego se lían y pasa lo que pasa con algunas sentencias.