5.12.05
Agresión, colegio y silencio
Lo de la agresión el otro día de una madre a una profesora de un colegio jaenaco empieza a echar un pestazo que no es ni normal. Aquello no fue un incidente pasajero, a mí que no me digan. ¿Qué pasa? ¿Qué pasó? Y sobre todo, ¿por qué pasó? Porque de lo que estoy convencido es de que pasó más de lo que nos han contado y de lo que quieren que se cuente. La carta del viernes publicada en este diario y firmada por seis directores de colegios públicos, chinchosos y censores, nos viene a recordar aquello de “ver, oír y callar”, cosa que a un medio de comunicación es chominá pedirle, mucho menos exigirle, y muy bien que hace. La noticia de la agresión parecía una más, que ya no es nueva, entre las que lamentablemente pueblan la actualidad y la vida en las aulas; pero después de tanto silencio, escondites, cuchicheos y después de tanto “aquí no ha pasado nada” por parte del colegio e incluso de la Delegación de Educación, la chamusquina eleva y expande su hedor secreto, uno ya no puede pensar otra cosa: hay que comprender que el morbo, la mala espina y el gato encerrado se acrecientan precisamente con el disimulo. No creo que sea sólo cuestión de desprestigio. Tiene que haber más.
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2 comentarios:
Seguro que hay más pero estamos en Navidad, todos buenos y ¡a cantar!
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