27.6.10

Cerrado por vacaciones

Hasta septiembre, si Dios quiere y no me he ahogado o algo.

25.6.10

Jazz

Trufado como está de deuderías, de esas deuderías que debe el Patronato de Cultura y Festejos del Ayuntamiento de Jaén, antiguas y acumuladas y caraduras, veremos a ver si este mes de julio se celebra el “Jazz entre olivos”, denominación que —por cierto— el Patronato del Montané y del Iznaola registró a su nombre el año pasado a espaldas de quien se la inventó, el Ángel Millán. O sea que, encima que maltratas el evento encebollándote con él y hasta con algunos de los músicos de prestigio que han participado, coges y te registras al descuido del nombre de la criatura. Tiene huevos, tío, tiene huevos. No me extraña el calibre de las pestes que se oyen acerca de la cultura y los festejos municipales. Esto va a reventar. Es más: esto debería reventar ya, ahora que parece —parece— que a la gente se le está quitando el miedo al veto y a la lista negra que te ganas por criticar la gestión de esos chapuceros altivos que cuecen sus mierduzas en el Palacio del Condestable y pretenden que no se salga el olor. Hemos llegado a un punto tan lamentable que, ya, cuando se va a celebrar en Jaén cualquier cosa sellada por el Patronato, sabemos que su realización no es segura hasta que comienza, pues se puede dar que, a modo de protesta, la peña se niegue a trabajar en el último momento.

24.6.10

Nada

Ya sé que hay formas muy elegantes y disimuladas y correctas y planificadas y discretas y positivas y hasta graciosas e incluso geniales de escribir y escribir y escribir letra tras letra, sílaba tras sílaba, palabra tras palabra y, en definitiva, no decir nada; pero es que a mí esos métodos no me los enseñaron en la escuela de columnistas o a lo mejor sí me los enseñaron pero yo no atendí lo suficiente o me puse malo o no me interesaba en absoluto, yo qué sé, ya ni me acuerdo. El caso es que hay una gran diferencia entre no tener nada que decir y no querer decir nada. Por ejemplo: cuando no tienes nada que decir y hay que decir algo, lo más a mano que tiene uno es contar lo que ve a través de su ventana: la vecina tendiendo, el pájaro que pasa, el ancianito que cruza la calle, el perro que rebrinca y ladra todo contentillo y todo eso, con lo cual uno hace la columna visual que, te pongas como te pongas, siempre queda pestiñazo. Sin embargo, cuando uno no quiere decir nada, la cosa se complica, porque, también te pongas como te pongas, al final terminas diciendo algo, como en este caso, como en todos los casos, por lo cual tu voluntad se rebela contra ti y vienen los alaridos, los golpes de pecho y el rechinar de los dientes. Ah, y los ayes, se me olvidaba que los ayes vienen también.

23.6.10

La porreta

Hale, pues ya nos hemos callado, como siempre. Es lo que tiene el jaenino capitalero: que, ante lo que no le gusta, ladra hasta desgañitarse, hasta saltarse un ganglio con gusto, normalmente poniendo cara de borricote ofendido, pero a los dos días ya se está encogiendo de hombros y de mondongos y lo deja todo pasar. Al final nos echan a perder la plaza Santa María, con la que se lió cuando nos enseñaron la imagen virtual de cómo va a quedar, así que el berrinche inicial sólo ha sido energía gastada para chominá que briegues. Esto lo saben los políticos que nos imponen las trastadas urbanísticas, y otras, de manera que en sus agendas suele haber tres anotaciones en tres páginas distintas: “Aguantar el chaparrón”, “Aguantar el chaparrón” y “Se acabó el chaparrón. Seguir con el proyecto que nos sale a nosotros de la rebaba de la punta de la cazoleta de la porreta”. Cuando pasen años y lustros y décadas y la plaza Santa María sea ya una chalaúra aceptada, como tantas que hay, habrá quien se invente una lucha, un pulso, un protesta continuada contra los gobernantes municipales de aquel tiempo, cuando una tal Peñalver alcaldaba, y una derrota interesantísima por lo mártires que nos hizo a unos cuantos cantamañanas, igual que cuando los tíos coñazo esos nos cuentan lo de los grises.

22.6.10

La comida

Le van a hacer una comida a Gaspar Zarrías los socialistas jaenonchos el sábado que viene. ¡Abuela: que digo que el sábado que viene los socialistas jaenonchos le van a hacer una comida a Gaspar Zarrías! Ya sé que te importa un comino, leche, pero habrá que escribir la columna, ¿no? Los socialistas jaenonchos no olvidan a Gaspar Zarrías, pero sobre todo no quieren que Gaspar Zarrías se olvide de ellos por culpa de sus cosas de Madrid y por eso le van a hacer una comida el sábado. Una comida buena ahí. De homenaje, de agradecimiento, no te vayas a creer que es por alimentarlo. La comida es de eso: de comida. Se la van a hacer en la Institución Ferial y vale treinta euros el cubierto. Ignoro el menú, lo ignoro con una profundidad asombrosa, pero se cuenta que habrá mucho salserío y mucho patataje, mucho filetaco sobrado, mucho pescadito suave y, a los postres, muchos ruegos, peticiones, preguntas y alabanzas, alabanzas, alabanzas, alabanzas, y también ese hojaldre de mejillas a punto para ser o no cacheteadas por tan significativas y hábiles manos, que eso es lo que mide si Zarrías sigue teniendo en cuenta a tal o cual socialista jaenoncho: que te abofetee la mejilla y parte del pescuezo. Después no sé si habrá baile, porque estas cosas fatigan mucho el ego y acaba uno exhausto.

21.6.10

La Roja

Yo creo que ya está, ¿eh? Ya jugaron el otro día, se dieron el gusto. Perdieron, sí, qué le vamos a hacer; pero ya están desfogaícos, ya han salido ellos en el Mundial, y ahora lo que tenían que hacer es venirse ya para acá, que están muy lejos, a ver si les va a pasar algo, dios no lo quiera, qué susto, allí con los negros y con los leones. Anda, sí, que se vengan, que, como en España, no se está en ningún sitio. Yo es que pienso en esas madres y se me pone un pellizco que pa qué aquí donde el estómago empieza: con los hijos allí solicos, en Sudáfrica, señor mío, que yo no sé por qué hay que irse tan lejísimos para jugar a la pelota, habiendo campos de fútbol en todas partes, al lado de casica. Y es que son tan jovencillos todavía los angelicos. Da miedo pensar en la cantidad de desaprensivos que hay por el mundo al acecho del cervatillo que se aleja de la manada, y más por allí por la parte de África, que la gente va con plumas en la cabeza y con las tetas al aire, pegando berridos. Ay, que sí, que se tienen que venir ya, que aquí estamos que no vivimos. Su campico de siempre les está esperando, y los botellines del bar, y las muchachillas que los pretenden de novios, y los cocidos de sus madres, y sus academias de inglés los jueves por la tarde. Cuando sean grandes que hagan lo que quieran.

18.6.10

RTVA

Para desinfectarse la conciencia y poder decir “cuchi cómo nos sacrificamos y qué buenos y qué solidarios y qué guapos somos y qué tipo tenemos”, la Radio Televisión Andaluza suprimirá directivos y ahorrará costes en los programicas. A buenas horas. Pero es que, aun así, el director general, don Pablo Carrasco, toma del frasco, seguirá cobrando el doble que el propio presidente de la Junta de Andalucía tras recortarse un diez por ciento del sueldo, 125.400 euracos al año. Y yo pregunto, cagontó: ¿Se puede saber qué pollas hace este tío para merecerse ese pastizal público, maldita sea la leche que mamó el demonio? Este y tantos otros cargos y carguetes. Ya está bien, que así nos tienen entre todos. Mientras los sueldos se sigan fijando en virtud del renombre del cargo y no de la equivalencia al esfuerzo de cada curro, esto será un cachondeo. ¿Por qué un director general de un ente público, ¡público!, no puede tener un sueldo apañado y ya está? Pues no, tiene que ser un sueldaco, una exageración, será porque así es como se cree que es director general. Ni que se deslomara el gachón catorce horas diarias, por dios santísimo. Da asco que, entre los contratos basura y el paro que su inútil política produce, ellos mismos se estén poniendo las botas tras vaciarlas de fajos de billetes.

17.6.10

40 años

Tres meses llevaba este mundo disfrutando de mi presencia cuando se inauguró el mercado de la República Independiente de Peñamefécit, hace 40 años, un noble edificio plano y entre colegios que nos saludaba a los nenes cada mañana, camino del matadero de la EGB, con ese efluvio alegre, biológico y maternal que armaban las verduras, los pescados y el pregón de los mercaderes y que, por las noches, cerrado, desierto y vigilado por bujarrones, nos cedía gustoso la rampa de los carritos para que nos escurriéramos sobre cartones o sobre el propio culo, trineos chuléricos de cuando los niños éramos niños y no figuritas de porcelana. No era “el mercado”, era “la plaza”, nuestra plaza, y el hecho de tenerla en territorio barrial nos permitía a los republicanos peñamefeciteros hablarles de tú a los señoritos chirris del Jaén de arriba. Allí nuestras madres, con sus monederos de broche bajo el brazo, hablaban de duros con el Azafranero, Manolo el de la carne, Carmencita, hoy regenerados por Víctor, Pepi, Ana, todos tan gigantes detrás de sus puestos llenos de vísceras, melocotones, pimientas y huesos blancos. Aquella plaza de abastos nuestra, de suelo gris untado de liquidillos rosa y acelgas pisadas, sigue siendo un gran mercado, está de aniversario y se nos mete en la biografía. Felicidades.

16.6.10

Patatiesa

Debido a los cuatrocientos mil euros que el Ayuntamiento de Jaén le debe a la empresa de seguridad Provibe, y si nada se ha remediado, el teatro jaenato “Infanta Leonor” se queda hoy sin vigilancia, tal y como nos contaba ayer este periódico. Así que, señores, es el momento. ¡Vamos a tomarlo! ¡Okupémoslo! Vamos a hacernos con el edificio (los reumáticos que se abstengan, que hay humedad) y vamos a poner algunas cosas en orden. Lo primero eliminar a mazazos lo de “Nuevo”, que no es nuevo porque nunca hubo otro teatro llamado “Infanta Leonor”, o si se nos pone en la punta de la cazoleta le cambiamos el nombre entero, abajo la monarquía, que para eso somos okupas, y que se llame, no sé, Teatro Patatiesa o Chingalapinga o algo así. Y después, también a mazazos, claro, que para eso somos antisociales, ampliamos el portón de carga y descarga, que no caben los camiones de las grandes compañías, y mejoramos la acústica, a mazazos, por supuesto, y le prohibimos la entrada a la directora, sin maza, con educación, y montamos una comedieta de mofa y de befa contra el concejal Montané y abrimos puertas de emergencia, que no hay, por si tenemos que salir corriendo, y nos unimos cada noche en oración solidaria por los trabajadores de Provibe, que llevan seis meses sin cobrar.

15.6.10

Salmorejo

Mucho más que sus palabras, lo que me asombra y hasta me da miedo es la expresión de la cara del tertuliano de Intereconomía (Eduardo García Serrano, programa El gato al agua) mientras llama “zorra repugnante” y “guarra” a la consejera de Sanidad de la Generalitat catalana, Marina Geli, por —según él— animar a los menores a “meneársela” (término por el que pide perdón, el tío, después de lo que ha dicho, tiene guasa) y a practicar el sexo de boquilla. ¡El hijo el gori, qué cara pone! Es una cara de asco antiguo, de asco contenido para no vomitar en público, de asco fundamentalista, de asco ultraderechista, probablemente fingido, pero muy bien representado en ese teatrico de títeres polvorientos y malos, o sea los de la cachiporra, que es Intereconomía. Es el asco de esas criaturas severísimas con la moral y obsesionadas con el sexo. Las hay, quedan muchas. No digo que sea el caso de este hombre en particular, pero esas criaturas de las que hablo son las que después, en la intimidad, pondrían colorado al Marqués de Sade y a Rocco Siffredi juntos. La hipocresía es a la moral sexual lo que el tomate al salmorejo: imposible que exista el salmorejo sin tomate. De ahí esos rostros tersos por la indignación mientras defiendes lo puro mientras estás soltando pestes por la boca.

14.6.10

La Escoba

A Jaén capital le han dado la Escoba de Plata. La alcalda Carmen fue a Madrid confiando en que se traería la Escoba de Plata y se ha traído la Escoba de Plata. No hay nada como la confianza para ganarse una Escoba de Plata. Y no sólo la confianza, también la limpieza, que es con lo que las ciudades se ganan la Escoba de Plata. La Escoba de Plata es una escoba más bonita que ná. Jaén está limpia, entérense, y por eso ha obtenido la Escoba de Plata. Ahora verás tú qué pronto saldrán los cuentacacas a decir que no, que lo de la Escoba de Plata no es merecido, que la capital está hecha una porquería y que la Escoba de Plata hay que devolverla, verás qué pronto. Son los que ven Jaén con ojos sucios, con ojos cochinos, unos ojos a los que jamás le concederán la Escoba de Plata, por guarros, por marranduzcos. A Jaén la ha cogido el Eduardo Castro y le ha lavado los hocicos y por eso Jaén se ha hecho merecedora de la Escoba de Plata. A partir de ahora ten tú valor de tirar una colilla al suelo, que sale el Eduardo Castro y te pega un escobazo con la Escoba de Plata que le ha traído la alcalda Carmen de Madrid. Se la ha traído para eso, seguro, para que dé escobazos con la Escoba de Plata y después se ría mucho y de buena gana. Hay que alegrarse por la Escoba de Plata. Venga, venga, alégrate.

13.6.10

El casco

Cuando se ponen —porque se lo tienen que poner— el casco para visitar obras, le hacen un homenaje de pega, protocolario, a su O de socialistas obreros, pero se ve que están deseando quitárselo para recuperar sus peinados y regresar a la comodidad de sus cabezas libres y pensantes, de sus cabezas desnudas y prevenidas, sobre las que pende una única amenaza digna de accidentársela: las elecciones, los votos. Qué chistosos están con el casco puesto. Y qué falsos, porque a ellos les reservan cascos limpísimos, puede que nuevos, sin estrenar, sin abollar, cascos de gala para la ocasión, cascos inodoros que, ya digo, les queman un poco en la frente y en la nuca y cuentan con los dientes apretados los segundos que faltan para quitarse de la testa ese horror que los emparenta con la ideología que no tienen, que ni siquiera perdieron porque no la tuvieron nunca. No saben llevar el casco y no saben llevar ideas, si las ideas estuvieran en el casco le pegarían una patada y se evitarían un estorbo para su carrera política, habría que ver mucho casco volando. Ellas suelen encasquetárselo en la nuca, que así están más monas, y ellos se lo encajan mejor en la frente y luego les queda marca y es una follá de reír, ¡cuchi qué marca te ha dejao el casco!, pero les desaparece pronto, como sus convicciones políticas.

10.6.10

La Charca

Oye, qué bonito lo que hay liado en Pegalajar por lo de la frase de La Charca. Sí señor. Que los pegalajeños no se hayan encogido de hombros con ese “qué se le va a hacer” tan dañino ante la decisión del Ayuntamiento de borrar la frase y sientan que les han quitado algo más que una pintada, me parece de una sensibilidad y de un romántico como ya no los hay, máxime estando La Charca llena y viva. “A quienes la vida di, les reclamo en justicia que no me dejen morir”. ¿Qué le estorbaba al Gobierno municipal tan cabal demanda? Menudos borricotes manazas. Desde 1992 la frase formaba parte de La Charca y lo que tenían que haber hecho, almas de cántaro, que no tenéis ni repajolera idea de política, es escribirla en más noble soporte, realzándola, o dejarla así, tal cual, si es que lo otro os daba pereza. Porque, por más repleta que se halle La Charca en la actualidad, no es conveniente —para nadie— que se olvide esa frase, la cual debería figurar en muchísimos otros lugares de este mundo envenenado por ese cáncer que le salió un día —dicen que un lunes por la tarde— y que se llama Humanidad. Así que, ¿qué tal si os comportáis como personas normalicas y rectificáis el atentado reconociendo vuestro error de Ayuntamiento tolondro? Ya, eso es mucho pedir, ¿no? Seguramente.

9.6.10

Venganza

El lunes pasado falleció un niño de tres años en Santa Cruz de Tenerife: un perro de raza pitbull se lo arrancó a la madre de los brazos y lo mató a mordiscos. Pero, claro, no sé de qué hablo cuando digo en una columna que hay que acabar con esa y otras razas asesinas. Sigamos. Cambio de tercio. La Yeni y yo nos quedamos este año sin la fiesta del barrio por culpa de las agonías del Ayuntamiento jaenano y hemos jurado la Yeni y yo que nos vamos a vengar un día de estos, lo hemos jurado por los muertos de la Yeni, que están más recientes que los míos, todavía no tenemos un plan de venganza, pero ya saldrá, para nuestro plan de venganza contamos con la frescura de ideas de la Yeni y con mi mala hostia de tío calvo. Que a la Yeni y a mí nos dejen sin fiesta del barrio es como si a los pavos que mandan los dejaran sin foto de inauguración de las cosas de mierda que inauguran: pa matarlos. Dice la Yeni que en las próximas votaúras va a votar al PP y yo le digo que le voy a presentar a Josenrique para que se tomen algo. En las fiestas del barrio la Yeni y yo nos unimos de perpetuo a ritmo de Camela y aprendí cómo se abre un litro de cerveza con un mechero y a escupir y a besar sin abrir la boca. No hay derecho a que nos dejen sin juerga para refrescar escoceduras. Habrá venganza.

8.6.10

Que dure

No sé hoy —o sea ayer— para qué leches escribo si hay huelga de funcionarios y eso quiere decir que mañana —o sea hoy— se van a leer muchísimos menos periódicos en la provincia. Ji ji, que no, que es broma, funcionarietes, no sus enfadéis, que tenéis el sentido del humor de una perola abollada, coñi. Tampoco sé si lo mejor para una crisis es perder un día de sueldo y pararle la maquinaria al Estado; los sindicatos dicen que sí, pero como los sindicatos están chalaos es mejor no hacerles caso y decidir por uno mismo. Porque si esa parada fuera técnica, esto es, para reparar lo averiado, pues vale; pero las huelgas generales es lo que tienen: que los sindicatos se retratan, discuten cifras de éxito, se apuntan otra en su historia y todo sigue igual que antes de la huelga, con los piquetes volviéndose a meter los faldones de la camisa en los pantalones y los dirigentes echándose crema en las manos para prevenir el callo. ¿Qué arregla una huelga de un día? Nada. Lo que hay que hacer es echarle ilusión y que la huelga dure hasta que el Gobierno ya no pueda más y se arrepienta del recorte. Huelga a la antigua, cuando había huevos. A las de ahora les podríamos llamar “huelgas piloto”, de catálogo, de escaparate, una muestra ficticia de lo que es o sería una huelga real y efectiva, de machotes.

7.6.10

Residencia

El viernes pasado, 4 de junio, fue el día. Desde hace bastante tiempo, todos los años, por estas fechas primaverinas y sofocorras, un amplio grupo de intelectuales de Jaén aguardamos con expectación —algunos de ellos, los más jóvenes e inexpertos, incluso con mal contenido nerviosismo— el retrato de un acontecimiento educativo y cultural que, con dedo firme y categórico, señala el futuro del pensamiento, las artes y las ciencias, un futuro nacido en esta provincia y dispuesto a propagarse por el mundo. Me refiero, cómo no, a la fotografía panorámica de las alumnas de la Residencia “Virgen de la Capilla” de Jaén cuando celebran el fin del curso académico y posan ataviadas con sus más finas galas y acompañadas de los propietarios del centro, el director, la ex directora y demás personalidades. Da gusto contemplar esa foto —gusto en el espíritu, por descontado—, analizar visualmente y una por una la preparación, el bagaje y la inteligencia de esas señoritas cuyos ojos, cansados por todo un año de trabajo y esfuerzo, se reúnen en el objetivo del fotógrafo para comunicarnos la misión cumplida de sus pretensiones. Unas sentadas, otras de pie y otras en cuclillas representan un bodegón humano que nos hincha de orgullo y satisfacción y nos impulsa al sueño de poder felicitarlas personalmente.

4.6.10

Sin creérselo

Cucha oye: ayer me dedica una carta un amable perrero diciendo que no sé de lo que hablo y, al mismo tiempo, conocemos la noticia de otro ataque de perro a una niña, en Alicante, cincuenta puntos de sutura en la cabeza. Un rottweiler. No falla; es que no falla, qué le vamos a hacer. Pero dejemos a los perros asesinos por hoy y metámonos con los políticos. Con el Pacorreyes, por ejemplo. Ante el dato de que Jaén es la provincia española con menor aumento del paro en un año, el secretario general del PSOE jaenoncho descorcha un tinto de verano donsimón, lanza la serpentina, toca la trompetilla y asegura que la salida de la crisis está muy cerca, o sea eso que los zánganos del Gobierno central decían sin creérselo antes de pegar los zapaterazos y dejar tiritando a más de uno. Mira que eres del PSOE, ¿eh, Pacorreyes? Eres más del PSOE que nadie. Pero ya ves a lo que llevan las bocotas optimistas, así que ¿pogé no te callas?, que diría el Borbón. Y que “mientras haya un parado en la provincia los socialistas seguirán trabajando”. Mu’bien. El trabajo no se os ve por ningún lado, maldita la importancia que le dais al parado ese, estáis tan hasta las trancas de ruina y datos catastróficos que no hay nada que hacer; pero mu’bien. Tú ya has dicho lo que tenías que decir para tu partido. Has cumplido.

3.6.10

La Cerradura

Permitidme que os haga una preguntilla, vecinos de La Cerradura: ¿sois tontos o qué os pasa? No me respondáis ahora, respondedme después de que el suministro de agua en vuestra pedanía funcione con corrección y regularidad, aunque a lo mejor nos dan las uvas de veintitrés Nocheviejas antes de poder recibir contestación. Es que no me explico cómo no habéis reventado ya o cómo no habéis reventado a alguien —políticamente hablando— tras tanta fatiga como pasáis con los grifos, cagontó. Que estamos hablando de agua, copón, de un servicio básico e imprescindible que vuestra alcaldesa y vuestra Junta y vuestra Diputación se pasan por los vértices pudendos mientras se lavan la conciencia y el careto mandándoos camiones cisterna para que os refresquéis los sobacos. ¿Desde cuándo lleváis así? ¿Desde cuándo esa gentaca a la que pagáis un sueldo no se quiere gastar un céntimo en arreglaros las tuberías? A lo mejor es que a los cerradurinos —y a los que en verano triplican la población de la aldea— no os consideran seres vivos que necesitan agua para vivir, no os consideran personas que necesitan el agua para ir limpias; a lo mejor es que están convencidos de que sois de palo revestido con borra. No te extrañe, porque me da a mí que, protestar, protestáis muy poquito.

2.6.10

Facebook

El Facebook es una cosa que está entre el patio de vecinos de tu casa y unas convivencias en algún paraje zamorano. En el Facebook nos conocemos todos, pero no conocemos a nadie. Entramos al Facebook para hacer pandilla y mostrar nuestras creaciones y para preguntarle qué tal está al del ordenador de al lado, porque escribiendo no se enrolla tanto, te lo cuenta menos. Nos gusta asomar la gaita por las ventanas de las casas de la gente, en el Facebook, y mirarle la cocina y el cuarto de estar y los álbumes de fotos, para las cuales se nos ocurren comentarios tan originales como “guapaaaaaaa”, siempre y cuando quien aparezca sea una mujer, ya que, si es un hombre, debemos variar el comentario con una agilidad mental inusitada: “guapooooooo”. Nos pedimos de amigo y nos consentimos, buscamos a aquella o a aquel que conocimos en Sevilla hace tres años, con quien tuvimos rollo, y si no lo encontramos nos convencemos muy rápido de que, a lo mejor, no existió. En el Facebook puede uno abrir unas galletas de la suerte que es para que se te caiga la cara de vergüenza ante tamaña ñoñería. Y les miramos los amigos a los amigos y pinchamos en las buenorras a ver cómo les sigue el álbum, si enseñan una teta o algo. El Facebook es una grandísima herramienta inútil. No huele a nada.

1.6.10

Circuito

Qué pronto se acaban los chollazos, qué corto es el chorro del grifo que nos alimenta las cuentas corrientes, qué pedazo de rabo acarreamos entre las piernas mientras nos alejamos cabizbajos hacia la segunda o tercera clase del poder adquisitivo. Qué ruina. A partir del primero de julio del corriente, los escritores inscritos en el Circuito Literario Andaluz cobraremos ciento treinta euros menos por leer nuestras creaciones en los pueblos de la provincia. Si tenemos en cuenta que, hasta la mencionada fecha, veníamos cobrando trescientos sesenta euros, la cosa se nos queda en doscientos treinta napos (retribución esporádica, claro, cuando nos llaman), por lo cual se acabó el enriquecernos a costa de la Junta de Andalucía. Que no se diga que los escritores no colaboramos en pro de la recuperación del país. Y sin huelgas ni protestas. Nosotros vendemos magia, ilusión, fantasía; pero también somos un gasto. Hay que sacrificarse y dejar las marisquerías de diario. Lo malo es que luego te enteras de lo que la Consejería de Cultura es capaz de gastarse en un acto, en una cena, en un homenaje a cualquier chalao perdío y se pone uno a contar sus doscientos treinta euros una y otra vez y vuelta a empezar, para relajarse, para sosegarse y no pensar ni perder la paciencia y liarse a hostias.