Consuegras

En Jabalquinto, la Carmen llama pelleja a la Joaquina y también marrana, a la Joaquina, la Carmen, pelleja y marrana, en Jabalquinto. Yo es que con estas crónicas políticas de municipio es que gozo, no lo puedo remediar. El viernes nos lo contaba la corresponsala de este periódico en Jabalquinto, la Nuria: que la edila del PSOE ha sido condenada por llamar eso, pelleja y marrana, a la edila de la IU. Es como una cosa de vecindonas reñidas por viejas historias de consuegras que se manchan mutuamente los trapos tendidos y se echan lo barrido una a la puerta de la otra, pero metidas a concejalas, a ver si eso está bonito. Pelleja y marrana. Eso qué va a estar bonito, hombre. Y menos entre rojas. Las rojas lo que se tienen es que querer y no insultarse. Y si una va de más roja que ná, de más roja que nadie, las cosas se hablan, muchachas, pero no llamándose pelleja y marrana, que, además de ser delito, posee unas connotaciones greñudas de arrabal fritanguero que te meas de risa. Para eso los políticos tienen otros términos más formalitos, habría que ponerse al día con ellos; a lo mejor quieren decir lo mismo, pero no suenan a lo que suena pelleja y marrana, las cosas como son, ni son los más apropiados para figurar en las papeletas que van a la urna, ¿a que no?