15.3.10

Don Miguel

Cuentan que una vez el señor Lara padre fue a Valladolid a ofrecerle el Premio Planeta de ese año a Miguel Delibes, quien se lo rechazó en las narices. ¿Por qué?, preguntó el editor y argumentó: “Si lo aceptas, ganas tú, gano yo, gana la editorial y gana la literatura española”. Delibes respondió: “Pero pierde el joven escritor desconocido que ha puesto sus ilusiones en ese premio”. Teniendo en cuenta los millonacos de los que estaba y está dotado el certamen literario más amañado del país, hay que ver los cabales arrestos que el vallisoletano le echó al mercader. Con Miguel Delibes se ha terminado de morir la honradez literaria, en su fondo, en su forma, por dentro y por fuera, y desaparece un señor que, lejos de la soberbia y la ironía, propuso que fueran los Reyes a su casa para darle el Cervantes, que allí iban a ser muy bien atendidos, en vez de tener que viajar él a Alcalá de Henares a recogerlo, y que consideraba que tampoco su obra era tanto como para merecerse el Nobel. Otro maestro muerto, un cazador que escribía, quien ha logrado que la alta literatura que practicaba pase de abuelos a padres y a hijos y a nietos y vuelva a subir (esas ediciones en “Destinolibro” tan manejables y asequibles) sin tener que explicarse nada entre ellos, pues para todos hay.

2 comentarios:

ana dijo...

desde luego, ha muerto la honradez y la sencillez, algo de lo que se carece en esta sociedad.El era el escritor del pueblo, de la tierra y los humuldes.

Anónimo dijo...

y digo yo, querido Sancho que tienes toda la razón y que no sólo este Miguel si no otros pueden negarse a esas luchas de poder, ¿o no?