16.3.10

Chinlú

Lo ocurrido con la electricidad en Cataluña a causa del temporal nos muestra la capacidad de respuesta de la compañía esa que nos pasa el recibo para que, entre otras cosas, no se nos descongelen las croquetas cuando a la meteorología le dé la gana. Se supone que también pagamos para que un nevazo no nos deje sin luz y para que, si finalmente nos deja sin ella, nos la restablezcan con la misma celeridad con la que Endesa trinca el importe de los recibos, que es que no se le va uno, oye. Pero se ve que no. Y el caso es que esas voces vienen sonando desde hace tiempo: las que denuncian que las infraestructuras de las compañías eléctricas españolas no responden ni de coña a los euros que ingresan, y que es en las adversidades cuando se demuestra lo flojísimas que son. Lo que pasa es que, ea, ahí seguimos, dándonos por satisfechos por estar pagando una barca que flota y se mece muy bien en aguas calmotas, confiados en que no vendrán olas que la hundan, porque la hunden. Ahora a Endesa le toca aguantar el chaparrón de la vecindad gerundense, que está que trina, claro, no es para menos, hasta que el trino vuelva a sonar a pío pío y todo siga igual, que es lo que suele pasar con estos brotes tan moñas de revolución que nos gastamos ahora, de tan pocos vatios.

1 comentario:

Diego de la Cruz dijo...

¿En qué invirtieron las eléctricas el BILLÓN de pesetas que les regaló Aznar "el belicoso"