31.12.08

Ambientador

Hazte a un lado, nena, deja pasar y que se vaya este año de tu culpa, de la mía y de la de nadie más. Déjalo. Es verdad que dan ganas de darle el alto y decirle cuatro cosas bien dichas, pero ya no merece la pena, tampoco es cuestión de ensañarse el día de su marcha. Mira cómo corre el muy cobarde, que casi se sale del siglo. Anda y que le den. Ahora cogemos tú y yo y le pegamos un charipeo a la casa, tiramos los platos y los cubiertos y los vasos que ese guarro ha usado y compramos otros. Eso es. Echa ambientador. Con lo que a ti te gusta echar ambientador… Gasta el bote si es preciso, chiquilla. No es a tabacazo a lo que huele, es a año viejo, a todo lo que se nos ha peído en casa el año viejo, hedor senil, efluvios de geriátrico. También huele a tu risa y a mis silencios, eso no habrá química que lo elimine, ni falta que hace. Ahora nos sentaremos en una terracita de invierno a respirar frío y a beber mojitos hirviendo, a esperar que se alejen los ecos de la huida mientras nos pinchamos las manos con palillos mutuamente y ensayamos otras caras para el buen tiempo. Anda ya, no te cambies, así estás que te partes de guapa, nena, vámonos, deja el balcón entornado, yo apago el calefactor, dónde vas ahora. ¿Que qué cara tienes? La de la vida, niña, la de la vida.

2 comentarios:

Clara dijo...

Me ha encantado el texto y conforme lo estaba leyendo parecía que te estaba escuchando relatarlo.
Feliz año!
Un saludo,
Clara

Jesús Tíscar Jandra. dijo...

Pues muchas gracias, Clara. Usted, que me lee con buenos ojos y con mejores oídos.
Saludos.