19.3.08

El spa

En vez de tanto quejarse y pedir soluciones para no sentirse observados a través de la cristalera que los separa del vestíbulo, los usuarios del spa del albergue juvenil lo que deberían es tener más vergüenza y sentido del decoro y no ir a esos sitios tan modernos de ahora a enseñar las carnes y a hacer posturitas indecentes, sobre todo ellas, que más de una y más de dos ya sabemos aquí de sobra a lo que va, a hacer frivolidades en lugar de quedarse en su casa cuidando a los hijos y teniéndolo todo listo para cuando llegue el marido, que luego con divorciarse lo arreglamos todo, mira tú qué sencillo, alegando que si esto y que si lo otro, que si incompatibilidad de caracteres y no sé cuántas cosas más, cuando en realidad lo que pasa es que las mujeres se han hecho unas golfas que van a los baños públicos a que las miren, no me vengáis luego con hipocresías, más costura y más rosarios y más visitar enfermos os recetaba yo, listas, y más atender a vuestros chiquillos, que así los tenéis, con los mocos colgando y apedreando perros por las calles, tanto culto al cuerpo, joé, como si el cuerpo fuera vuestro, como si os perteneciera por derecho, como si Dios no hubiese tenido nada que ver en su concepción y diseño, malas, que sois malas, que incluso os creéis este artículo.

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