18.3.08

Cacas

Mil kilos de excrementos de perro. La empresa concesionaria del servicio de limpieza del Ayuntamiento jaenita ha retirado recientemente de las calles mil kilos de excrementos de perro. Y de perra, supongo. ¿Usted, mi buen lector amigo, se imagina todo eso junto, metido en un bolsón de lona y colgado de una grúa? Yo sí, y además, desde que nos dieron el dato, todos los días, mientras arden las ceras y suenan tambores y cornetas lejanas, le estoy dedicando un ratito a imaginármelo y a, por entretenerme, buscarle aplicaciones útiles a semejante botín. Porque lo lógico y lo tópico es el abono para los campos y para las macetas, también para algunas mentes más anchas que largas, no sé yo si lo mismo valdría incluso para elaborar cosméticos; pero qué me dicen si conserváramos ese bolsón imaginado a fin de orientarnos un poco cuando nos manden a la mierda, circunstancia que, nos guste o no, nos pongamos como nos pongamos, se da con bastante frecuencia, las cosas como son. En cualquier caso, una tonelada de cacas de perro no debería pasar sin pena ni gloria en una ciudad como esta, tan conservadora, tan facha y tan católica, tan atrayente y cordial cuando le da la gana de serlo. Mil kilos de mierda. ¿Se los echamos al lagarto?

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