No pido perdón al Colectivo de Gays y Lesbianas de Jaén, pero sí lamento haberles hecho daño con mi columna del pasado martes. Cultiva uno de vez en cuando un género articulístico que yo llamo “artículo teatro” y que no me trae más que disgustos y sinsabores, si bien no pienso abandonarlo del todo, entre otras cosas porque soy muy cabezón y no escarmiento. Dicho género consiste en situarse en el lugar del criticado para, precisamente, ponerlo a parir usando sus mismos argumentos, pero inflando el texto de caricaturas verbales, barrabasadas o cursilerías tan grotescas que serían impensables (y este periódico no permitiría) en una columna, digamos, “escrita en serio”. Ese recurso utilicé con los de Colega a cuenta de su propuesta de rebautizar Safo una calle jaenerica, cosa que me parecería muy bien mientras no se les ocurra ponerle Carmen de Mairena a la mía, un respeto. Ellos no lo han entendido así y, además, sus explicaciones me han convencido: ya se les ataca bastante como para que, encima, también parezca que les machaca quien pretende defenderlos. No era mi intención machacarles, aunque no lo pareciera. Por eso ésta no es una columna de disculpa, sino de aclaración y sosiego.
13.12.07
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