Tenemos paciencia. De los jaenitas se podrán decir todas las perrerías que se quieran, y merecidas, pero tenemos paciencia, mucha, a paletadas, a espuertas, a sacos. Paciencia. Que no venga nadie a decirnos que los jaenitas no tenemos paciencia, porque entonces seguro que la perdemos y aviado va el pescuezo de quien ose proferir tamaña afirmación. Somos conformistas, vale; somos conservadores, vale; somos un poco guarros, vale; somos más bien secos, vale, vale, vale, vale… Todo lo que tú quieras. Y más. Pero a pacientes no nos gana ni el que metió una zapatilla en una jaula y se sentó a esperar que cantase, no te digo ya el santo Job, que fue un desatado y un nervios comparado con los jaenitas. Y si no, el teatro, el nuevo teatro, que con el tiempo que hace que nos lo prometieron, eso de nuevo da un poco de risa: el nuevo teatro nace viejo, pellejo y con deudas. Con deudas. Paciencia. Ocho millones de euros. Paciencia, ocho millones de paciencia. Tantísimos años engañados, asistiendo a las vergüenzas del ahora lo hacemos y ahora no lo hacemos, y ya que por fin parece que la cosa está hecha, ¡ráscatela!, vemos que nos ha salido un mamón de dinerales. Paciencia, sí, paciencia.
26.11.07
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