28.11.07

No te dé vergüenza

Confiesa, Jaén: la apertura de El Corte Inglés te hace más ilusión, más cosquillicas en la barriga y más chispitillas en la mirada que si fueran a inaugurar un nuevo templo católico, otra gran parroquia chulérica con curas guapetones y preparadísimos, monaguillos de anuncio, imágenes casi vivas y dogmas renovados de fe y de inteligencia. ¿A que sí? Pues claro que sí, no te dé vergüenza reconocerlo, dilo sin miedo, que dios es capaz de perdonar el pecadillo del apego a lo material si, a cambio, eres sincero y limpio de corazón y los golpes de pecho los realizas para desatascártelo, no al contrario. El Corte Inglés es otra fe, si no más poderosa que la que te hace alzar la vista y los ruegos al cielo, al menos sí más cierta y patente: una de esas fes que pueden adquirirse con tarjeta y pagarla dentro de dos meses o así. Y en este Jaén lagártico y beato, tan beato y tan lagártico, no podía ser menos. Vendrán semanas santas, pero también las primaveras, esas primaveras de El Corte Inglés que tan sentidas son y tanta o más penitencia nos imponen. No es que seamos consumistas, es que somos creyentes y estamos convencidos de que necesitamos comprar algo que nos habite el alma todos los tristes días.

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