Nadie conoce a nadie

Como uno se desvive por sus lectores, me he pasado la Navidad tirándoles de la lengua a algunos sociatas, viejos y nuevos, listados y sin listar, con respecto a las candidaturas electorales a las municipales de mayo, pero indefectiblemente todos la repliegan como un camaleón tras papearse el bicho y, seguidamente, niegan con la cabeza y el gesto grave: “Yo no sé nada”, afirman, aunque en realidad lo que me están diciendo es: “Sí, hombre, a ti te lo voy a decir”. He intentado incluso ponerlos piripis, pero no veas tú lo duros que son los sociatas, al final termino pillando una mona yo y entonces la verdad es que ya me la refanfinflan las listas, los candidatos, las candidatas y la madre política que nos parió y lo único que quiero es que me den la razón en todo lo que digo. Hay pacto de silencio (o a Zarrías vas), sobre todo con una estrella que se guardan y que ya me parece que sé quién es, lo que pasa es que no estoy seguro y no quiero que me vuelvan a llamar enfadados por difundir rumores, aunque éstos no representen en absoluto nada deshonesto, que es lo que yo digo. O sea que ya me guardaré de revelar el nombre de la abeja Maya como posible concejala de cultura y festejos. Hale.