6.12.06

Plaza Coca de la Piñera

Me sumo a los deudos de la esquela mortuoria que por la finada plaza Coca de la Piñera han confeccionado algunos ciudadanos dolientes y, de paso, les felicito por lo ingenioso de la protesta. Con esto y con aquello de “Tienes menos luces que el casco antiguo de Jaén” seguimos demostrando que, afortunadamente, no hemos abandonado la buena costumbre de reírnos mientras nos apalean, igual que hace un amigo mío cuando lo topetea un carnero: y jajá y jajá y más jajá cuantos más mochazos le endiña, sin poder parar. La verdad es que este Ayuntamiento peponcho de la ciudad lagártica contribuye —ya que no a otra cosa— a mantenernos intacta esa ironía agria, macabra y malalechuda que tan necesaria es cuando el poder de la mayoría absoluta y usted se calla nos rompe la propiedad común y luego no tiene tiempo ni dinero ni ganas para recomponerla. Qué prontico se cargaron la fuente, sin decir ni pío, mira tú. Como el trol Juli de David el Gnomo: “¡Destrochar, destrochar y enchuchiar!”, con el moco colgando, que daba un asco… La ciudad que nos merecemos también comprende, pues, plazas asoladas, basurientas y putrefactas, ¿alguien lo niega? Seguro que sí, que alguien lo niega.

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