28.12.06

Las Santas Inocentes

Las Santas Inocentes están convencidas de que los celos son porque las quieren más que a nada en el mundo. Las Santas Inocentes consideran casi seguro que si les pegan es por su bien y porque, a veces, se lo merecen, como decían sus padres: “A la mujer y a la mula, mano dura”. A las Santas Inocentes les da igual la marca de las gafas de sol y del maquillaje nuevo que se compran, mientras tapen bien y no tengan que dar explicaciones innecesarias a los vecinos, ¿qué sabrán ellos? Las Santas Inocentes son incapaces de dejar a sus hijos pequeños sin un padre y una madre que vivan juntos, aunque les salpique en la carita la sangre que salta de los hostiones, porque todas las criaturitas necesitan criarse con un papá y una mamá, y piensan que los centros de acogida para mujeres maltratadas están llenos de tías raras. Las Santas Inocentes siempre conservan la confianza en que él es un fanfarrón al que toda la fuerza se le va por la boca y por los puños y por los pies, pero jamás por la escopeta ni por el cuchillo ni por la lata de gasolina, en el fondo él es buena persona, un sentimental, no ha cambiado tanto. Las Santas inocentes sonríen cuando él sonríe y procuran no llorar muy fuerte.

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