Cada vez estoy más convencido de que la ministra de Sanidad se está desquitando en su ministerio de viejos traumas de juventud. No hay más que verle la cara, que en su caso es el espejo de la grave frigidez sociopolítica que padece. Yo no la puedo ni ver: cuando sale por la tele, mis berridos estremecen el barrio y, casualmente, el insistente goteo del café con leche del desayuno siempre va a parar a la foto del periódico en la que aparece su cenicienta cabeza de mujer fría y gazmoña. Ahora la Elena Salgado prepara una ley contra el vino español, mediante la cual los caldos serán declarados “bebidas alcohólicas peligrosas”. Sóplame este ojo, tita Angustias. ¿Pero quién coño se ha creído que es esta mujer para decirnos lo que tenemos que beber, lo que tenemos que comer y lo que tenemos que fumar? Es la ministra de las etiqueticas: “Eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca”… ¿Y no están ustedes hasta la misma pera de que nos cuiden tanto? Me parece a mí que la Sanidad en España tiene asuntos más urgentes (listas de espera, mejores equipamientos clínicos, odontología que no se limite al sacamuelas, hospitales masificados) para meterse ahora con el sagrado vino de nuestra sangre.
29.12.06
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario