2.5.06

"Mi mono Amedio y yoooo..."

Estoy un poco asustado, no me conozco: hace pocas columnas le daba la razón al Mariano Rajoy por lo de las chalaúras del Estatuto andaluz; hoy no tengo más remedio que darle la razón, también, al arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, el Fernando Sebastián, cuando dice que “por hacer el progre se puede hacer el ridículo”, al respecto de la propuesta del Grupo Socialista, que quiere otorgarles derechos humanos a los simios. Virgen del Abrigo de Pana, ¿hasta dónde puede llegar la estulticia ideológica, si es que de “ideológica” puede calificarse semejante gilipollez? A mí me parece que la raíz de tanta pamplina está en el aburrimiento, en el gigantesco tedio político que el panorama nacional proporciona. Hoy casi nadie llega a la política activa por vocación, más bien por pasta —esto lo tenemos claro—, de manera que el personal necesita de monos y monerías para que la espera del sueldo se haga más distraída. Lo malo es que ciertos pasatiempos pueden ser muy obscenos, porque tal y como están los Derechos Humanos para los humanos, esto es, cumpliendo sus funciones de papel higiénico en los ojetes del Poder, pedirlos para los monos es ofender a los monos, cuando no acojonarlos.

No hay comentarios: