22.2.06

El Lagarto que volvió a Peñamefécit

Ole ahí mi Peñamefécit, que da iguanas al devenir informativo de la actualidad jaeneraca, a ver qué otro barrio me lo supera, ninguno, otros barrios no dan más que disgustos, mientras que mi Peñamefécit exótico, mi Peñamefécit virgen, ancestral, profundo y nunca del todo explorado, como la cosa más natural del mundo, avisa a la policía de que hay una iguana dándose un garbeo por la calle y que hagan el favor de venir a detenerla, una iguana que en realidad no era una iguana, ya se podrán figurar, que era el Lagarto de Jaén o algún tataranieto del Lagarto de Jaén, eso lo sabemos todos, la leyenda hecha carne en La Guita, donde fíjate tú que a nadie se le ocurrió reventarlo haciéndole tragar pólvora (como a otros, y no quisiera señalar), sino que optaron por una solución civilizada, menos burra, más greenpeace, y si el animalito ha muerto en el Centro de Recuperación del Quiebrajano es porque dios lo ha querido, el pobre era viejo y estaba pasando más frío que pelando rábanos, ay barrio mío que me vio nacer, aún no has logrado la independencia que te mereces, pero, a cambio, la mitología lagártica del Jaén imperialista te ha escogido a ti para, una vez más, demostrar quién eres.

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