23.2.06

Sí pasa, pasa algo, seguro

La gripe aviar, o aviaria, o leches, ese “problema únicamente veterinario” que ya se ha cobrado un centenar de víctimas mortales humanas en distintos países, tiene a las autoridades del “no pasa nada” con el culete encogido a la espera del primer muerto español. “Que no ocurra, que no ocurra, que no ocurra...”, rezan para sus adentros, con los dedos cruzados, porque es la única medida preventiva que se les ocurre a sus mentes tan lúcidas. Creo, y sé que me repito, pero no me importa, es más, me gusta, que no se está criticando con la suficiente dureza la actitud tan distendida y falsa de los que están ahí puestos para hacer algo no sólo contra la alarma y el pánico. Ahora caen en que pronto muchos pajarracos vendrán de África y pararán a echar un piscolabis en Doñana; pero tranquilos, que no pasa nada. Mientras tanto, hoy, encontrarnos un pájaro muerto (paloma en Jaén, cigüeña en Linares) ya no es de decir “cucha qué lastima, pobretica” y darle un puntapié para evitar el resbalón de una vieja, sino acojonarse y llevarlo al forense. Vamos, que se te muere el canario y tienes que deshacerte del cadáver a escondidas de los vecinos. O sea que sí pasa. Pasa algo. Y seguirá pasando.

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