18.11.05

Chunda, chunda, tachunda

Temor por una España desunida, chica y presa; pretensiones de catolicismo obligatorio y a machamartillo; la selección rojigualda que se clasifica para el Mundial de Alemania; recurso a la ley de matrimonios homosexuales... Y el domingo, 20 de noviembre, treinta años se cumplen desde que Su Excelencia, el hombre ese que aseguran los viejos mandaba mucho en este país, dijo “hasta luego, pañoles, ha sido un placer” y se marchó andandito, como los elefantes, hacia el Valle de los Caídos, cucha tú qué lastimica, tan mayor. Digo yo que habrá que celebrarlo por todo lo alto, ¿no?, el treinta es un número muy bonito, tan redondo, ahí con su tres, que es una bicha que está tomando el sol, según cancioncilla párvula, y con su cero, que es una rosquilla para mojar en la leche, en la buena o en la mala leche, porque lo que no digo es cómo lo vamos a celebrar, allá cada cual con sus misas o su champán, si bien servidor prefiere el Lopera que ponen en el Bodegón, uno es más sibarita, el champán siempre me ha producido aerofagia y no es cuestión de irse tirando cuescos en aniversarios tan señalados, más que nada porque te pueden partir la cara, menudo está el patio y menuda la trastienda.

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