24.10.05

Tanta tragadera

El estudio realizado por la Consejería de Gobernación para conocer el perfil de los jóvenes que hacen botellón no dice que, desde que estos individuos eran muy chiquitillos, probablemente sus familiares y amigos ya celebraron su bautizo poniéndose hasta el culo de rioja y cubatas alrededor de su moisés; ni que, de nenes, ya acompañaban a los adultos al bar del barrio y les veían continuar con la juerga del bautizo; ni que cuando hicieron la primera comunión en el restaurante no había alcohol suficiente para saciar tanta tragadera; ni que las visitas de cuñados, titos del pueblo, amigos antiguos y demás gentuza, donde mejor se consumaban era entre chatos y cañas a decenas; ni que cuando el hermano mayor se les casaba con la Maricarmen, o la hermana con el Raúl, se duchaban todos ese día y se vestían de muy limpio y muy guapo para permanecer bebiendo hasta altas horas de la madrugada; ni que la tele y la radio y las marquesinas de los autobuses están llenas de anuncios de pirriaque; ni que el niño ya puede tomarse una cañita con su padre porque al niño ya le queda nada para ser mayor de edad y un día es un día y dos con pasado mañana. ¿Así que ahora qué leche queréis los escandalizados del botellón?

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