20.10.05

Porque no les da la gana

La feria de día en el casco antiguo jaenita no cuaja, se pongan como se pongan, aunque en realidad no cuaja porque no se quieren poner, eso es lo que pasa. A ver si no estaría chulo sacar las tascas a la calle, con sus chiringos, sus toldos y su música, porque la feria es calle, aunque llueva, y para estar dentro ya tenemos todo el año, leche. Pero es que los tasqueros de esta bendita ciudad no se pondrán de acuerdo nunca, todo son piques y problemas gástricos ante la posibilidad terrorífica de que el de enfrente, al que no tragan pero saludan con mucho afecto, gane más que uno. Imagínense las calles Cerón y Maestra y el barrio de San Ildefonso bien barradas, bien silladas y bien sevillanadas durante los mediodías de San Lucas, con los hosteleros asociados en ganancias, sonriendo un poquitín... ¿Ya? Bueno, pues sigan imaginando, porque verlo me parece a mí que no lo van a ver nunca, al menos en Jaén; en otras ciudades andaluzas las ferias de día fuera de los feriales funcionan chachi piruli, vete a Málaga. Porque eso de las exposiciones de macramé y de encajes de bolillos, los teatricos y las marionetas y las chilindrinas..., pues vale, está bien, pero vamos a dejarnos de chominás: la feria es ponerse cipote de cerveza y raciones, ¿me vas a poner a ver pañitos y monigotes, me vas a poner a leer chistes tontos? Que no, hombre, que no. Si tenemos en cuenta que al jaenés no le hacen falta muchas palmas para que salga a la calle con el familión a disfrutar de una paella y de la cervecilla fresquita y sagrada que no cesa, podemos afirmar sin rubor que, si aquí no hay feria de día en el casco antiguo, es porque a cuatro o cinco no les da la gana.

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