5.3.10

Y en alma

Pero si es que no hace falta, copetín; y no sólo no hace falta sino que, además, sobra; y no sólo sobra: también empacha. Lo digo por la alcalda Carmen Purificación de los Remedios Peñalver Pérez, que le ha dicho que no a la vicesecretaría del Pacorreyes (ji ji, qué nombre más corto), y bueno, bien, me parece estupendo —no seas hipócrita, Tíscar: la verdad es que te la sopla, a mí no me vengas con pamplinas, que eres muy miserable—, pero, a ver, por dios, ¿es necesario añadir que la rechazas porque prefieres “entregarte en cuerpo y alma” a las tareas de gobierno de la capital? Entregarte. En cuerpo. Y en alma. Esa es una frase hecha y un tópico y me parece a mí que la capital no está para ñoñerías anatómicas ni místicas, que así le va. A nadie le hace falta un político gobernante que se entregue en cuerpo y alma, porque eso y darle un bocado al aire es lo mismo. Lo que le pedimos a un político gobernante es que ejerza su profesión lo más correctamente posible, y con utilidad, a poder ser también. Lo de las entregas del cuerpo y del alma que lo deje para su vida privada, que aquí (todavía) no comemos cuerpos ni nos hincamos almas entre pecho y espalda. Cojón con la cursilería y la metáfora y la hipérbole, leche, que es añadir nada a la escasez y seguir esperando.

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