8.1.10

Honda pena

Los jaeninos lloramos el vinagre íntimo de la pena turbia que nos ha producido la exclusión de nuestra capital en la programación de la presidencia española de la Unión Europea. “¿Lo cualo dice usted?” Que digo que a Jaén no van a venir los señoritos de Europa ni a dar los buenos días. “Ah, ya; sí, desde luego, una penica, una penica muy grande”. Pues eso es lo que estoy diciendo, que honda es la tristeza y muy dramática la pesadumbre que podemos apreciar en los rostros y en los ademanes de los ciudadanos de los noventa y siete municipios terrenales que tenemos para vivir aquí. “Claro, claro, eso fijo”. Zarrías, quien le auguró a Jaén mucha presencia en la agenda europea, no ha podido hacer nada y ahora dicen que lo oyen gemir en Villamejor como ánima infinitamente desdichada. “Pobre hombre, hay que ver, ¿y si le damos una tila?” Pasan de largo los europeos camino de Granada, de Málaga, de Sevilla y de Córdoba, donde darán cuerpo a sus asuntos europeos para nosotros y harán gasto europeo para ellos. “Y aquí no van a venir ni de cañas, ¿a que no?” No señor, y esto nos ha ensombrecido el espíritu y nos ha amargado la sangre y el aire que respiramos, nos ha detenido los días y marchitado las ganas de vivir. “Oiga, usted está de cachondeo, ¿verdad?” Sí.

No hay comentarios: