15.12.09

Chacinas

Que ya se lió. Vamos a ello. Asalten la calle papanoeles y santaclauses, algunos con una pescada goteándole bajo el sobaco y el guarda de la plaza corriéndole detrás. Es época de carteristas con maracas y guapas echadoras de cartas, de villancicos políticos y niños velludos, es época de alfombrar con alfajores los zaguanes y casapuertas. Aceituna, polvorón, polvazo y varetazo, negrito del África boqueando en la fuente, caminitos de consuelo para adorar al señor de la cazadora buena y el manojo de llaves. Apura el coporro y sáltale un ojo a la vida, que es Navidad y el bien te acecha. Hay un bolerío de brillantina que aviva la lascivia y un dependiente de chacinas que besa el filo de la cuchilla de cortar filetones y chuletacas para las niñas bonitas. La nieve será la caspa de la crisis y el chiquirritín del chiquirritín metidito entre pajas se salvará milagrosamente de una atroz muerte por asfixia. Las moscas atontolinadas de frío le hacen el punto en los cristales a las íes del “Felices fiestas”. Los bigotes blancos son fascistas, eso todo el mundo lo sospecha, pero mira para otro lado y sonríe. Los pavos masacrados ya no son memoria, ahora la memoria está en el salmón ahumado, tan bonico de precio y con la ventaja de que no se escagarrucia, como el pavo. Campanilla, hora de parar.

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