16.12.09

Castañazos

Más que la jeta rota por el duomazo que le endiñó el Tartaglia, lo que impresiona es la cara de muerto con que aparece Silvio Berlusconi en las fotos de agredido. De muerto antiguo, de muerto histórico, de muerto embalsamado antes de la extremaunción. Es una cosa escalofriante, oye, con ese pelo planchado, con esos ojos ranura, con esa palidez cerúlea. No me hagan mucho caso, pero para mí que hay un algo premonitorio en esas fotos que ha difundido la prensa mundial. Enseguida se ve lo que será un cadáver de la derecha dura europea, el que mostrarán las enciclopedias y se tragarán las izquierdas impotentes y acojonadas. Entre el fallido zapatazo a Bush y el souvenir lanzado al II Cavaliere estamos creando afición y vete tú a saber lo que nos espera, si no habrá una Historia de Castañazos a los mandatarios del mundo. No digo atentados, que eso es más corriente. Volveremos a las pedradas, como en los pueblos que no se han dejado contaminar por las buenas formas de la civilización. A mí ese tío no me gusta, así que lo frío a cantazos y lo avío. Qué barbaridad. De momento, lo que estamos viendo es que las escoltas y las medidas de seguridad fallan más que una escopeta de caña, que las potencias tienen rendijas por las que puede colarse cualquier perturbado.

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