24.6.09

"Ramón Calatayud"

El colegio de la EGB que nos educó a unos cuantos peñamefeciteros cumple ahora cuarenta años. En general, no guardo buen recuerdo del “Ramón Calatayud”, así que no le voy a hacer una columna de regalo. Los de mi generación tuvimos la mala suerte de caer en manos de los viejos maestros que venían ya muy podridos del franquismo, sin Franco, y tenían la mala hostia propia de los que no tragaban eso de la democracia, que para ellos era una cosa que les iba a impedir el ensañamiento pedagógico. No se me olvidará la media sonrisa torva de aquel profesor que, ante toda la clase de quinto, se lió a palmetazos contra el retrato del Rey hasta dejarlo como unos chinchines. Ni la voz aflautada de aquella castellana que prohibió las mallas a las niñas cuando la profesora de gimnasia fue sustituida por un profesor joven y con pinta de rojo que venía al colegio en bicicleta. Porque, afortunadamente, entre las beatas recalcitrantes, los borrachos agresivos, los perturbados con pito, los torturadores psicológicos y las señoras solteras obsesionadas con el sexo que integraban la plantilla docente del “Ramón Calatayud”, iban entrando, muy poco a poco, algunos salvadores de nuestra educación mediante nuevos métodos y más saneadas vidas. Y algunos hasta resistían.

1 comentario:

dANY dijo...

Muy buen artículo.
Lo de la escuela es jodido. Porque se puede hacer mucho daño a los alumnos.

En mi caso,en mi EGB tuve suerte. Tuve buenos maestros.

Ahora soy yo el maestro y es increíble la poca sensibilidad y el mal trato psicológico al que someten algunos compañeros míos a sus alumnos.
Si le dices algo al inspector, mira para otro lado.
sALUDOS.