Pinchapeos

Doble usted el cuello por el cogote, haga por recostar la nuca entre los omoplatos, así, eso es, ahora entorne los ojos un poco, como si no viera bien, y abra la boca flojamente, saque la puntita de la lengua y permita sin reparos que se le escape un hilillo de baba, y sonría, sin cerrar la boca, sonría y asienta lenta e incesantemente. ¿Qué tal? Lamentable, ¿no? Bueno, pues así es como nos quiere el PSOE mientras nos cuenta lo bien que le ha ido en las pasadas elecciones europeas, tanto que, si no las ha ganado, es porque no ha querido. Nos toman por tontos, nos quieren tontos, nos sueñan tontos y algunos incluso están convencidos de nuestra tontedad. Estos se lo tragan todo, piensan, y si no se lo tragan, da igual: como no protestan, pues parece que sí, que se lo tragan. No hay derecho, ya está bien, joder. Nos hemos acostumbrado a que “los políticos son así” y es muy mala costumbre esa, porque les abona el terreno para seguir tomándonos por tontos, soñándonos tontos, queriéndonos tontos. Y lo malo es que lo somos desde el momento en que no nos plantamos y les soltamos un “¿pero de qué vas, soplagaitas, qué me estás contando, pinchapeos?”. No obstante, si pretende usted un carguito, mantenga un rato más la actitud que le he explicado al principio.