13.4.09

Satisfacción

Escribía yo el pasado lunes, 6 de abril, una brillante columna denunciando la almendronada de haber colocado una farola justo delante del pasen y esperen de un semáforo en el Gran Eje, ¿se me recuerdan? Bueno pues ese mismo día, por la tarde, estaban reparando la torpeza. No voy a pedir medallas ni homenajes, ni siquiera que la Avenida de Andalucía entera se postre a mis pies, como debería, sencillamente porque no estoy contento, no me vale, no me basta, esa es no es ni mucho menos mi hazaña articulística tras casi diez años escribiendo de lunes a viernes en este periódico. No. Porque eso lo hace cualquiera, no tiene mérito, una farolita de nada, un semaforito tontón. El mérito, el éxito, la hazaña, la satisfacción vitalicia y aquello de la misión cumplida que te sosiega el espíritu y te permite dormir con una pata en Valencia y la otra en Lisboa ya saben ustedes cuál sería, qué sería, por qué sería. Sería que, tras mucho denunciarlo y denigrarlo sin cansarme nunca (aunque, bueno, ya empiezo a flaquear) quitaran de una puñetera vez el torno de los autobuses Castillo, por el amor de dios, que ya está bien, que eso es un armatoste carraco que la empresa mantiene porque no se fía de sus conductores, pero a Jaén la traslada a la época del troncomóvil.

No hay comentarios: