10.2.09

Pobretón

Los ricos saben que son ricos porque hay pobres y los pobres saben que son pobres porque hay ricos, con la diferencia de que estos últimos, además, se cagan en la leche, mientras que los primeros no se cagan en nada, que es de mal gusto, y se quedan callados. Pero hete aquí que, en tiempos de crisis, los pobres son más pobres, mucho más pobres, y esta circunstancia les conviene a los ricos tanto como una patada en la boca a la hora del aperitivo y con la señora mirando. Es verdad que los ricos son ricos porque hay pobres, esto es un axioma de esos, pero lo que tiene que haber son pobres moderadamente pobres, no nos pasemos, porque como los pobres a secas pasen al divino estado de pobres de pedir, eso no mola, nene, eso resta. A un pobre de pedir, de solemnidad, a un pobre salvajemente pobre, pobretón, no se le puede seguir chupando nada, es un pellejo seco que ha perdido hasta la miseria, la cual se cotiza bien en los mercados de la caridad. Ahí, frente al pellejo huero, el rico se percata entonces de que, ay, se le ha ido la mano exprimiendo y no sólo ha inutilizado al pobre sino que también se ha cargado el exprimidor. Es la hora, pues, de las regulaciones de empleo, el corte de créditos bancarios y demás medidas encaminadas al exterminio.

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