8.1.09

De Heineken

Se va Miguel Sánchez de Heineken, el ex alcalde de Jaén que nunca quiso serlo —ni alcalde ni ex alcalde, él nunca quiso serlo—, quien, por imposición de los peperacos de arriba, se vio obligado a sustituir al otro Sánchez, Alfonso, el Perejil, y al que Dios castigó su inapetencia haciéndole ganar la Alcaldía jaenota por mayoría absoluta durante dos legislaturas (¡menudo es Dios!), empresa que don Miguel asumió con paciencia y voluntad cristianas, hecho un Job, con mucho sacrificio y matando una vez un perro a tiros en La Guardia, pues todo santo pío y afanoso pierde la paciencia en un momento determinado, las cosas como son. Se va a Madrid, de senador, el hombre que quería ser senador, parlamentario andaluz, diputado, algo, lo que fuera, menos alcalde de Jaén. Eso se lo veíamos en la cara y se le notaba en la forma de hablar y de expresarse, en las explicaciones tan indolentes que daba y en la ingente cantidad de sudor genital que le costaban ciertos problemillas internos, externos o de más allá. Se nos va de Jaén un gran actor, uno de esos actores que llegan a creerse su personaje, diciéndole adiós con la mano a las olivas y a los catetos que tanto le han importunado. Buen viaje, Miguel Sánchez de Alcázar. Aquí siempre te recordaremos. Un ratito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En un balance general, ha sido un buen alcalde. No perfecto, pues en 8 años es difícil acertar siempre pero se ha desvivido por Jaén sin convertirse en alguien diferente de lo que era.
La pena es que perdimos El Alcázar justo cuando teníamos a un alcalde que se apellidaba Sánchez de Alcázar.