3.11.08

El "moñisco"

A la bisabuela Trini, que tiene noventa y ocho años y se carcajea de Concha Velasco cuando la ve en los anuncios de las pérdidas de orina, se le ha ido este noviembre su poquito la olla y se ha puesto a defender Halloween frente a los Santos en la cena familiar, para sorpresa y asombro de los miembros más conservadores de mi clan y para flipe y satisfacción de mis primos más jóvenes, sobre todo el Héctor y el Alejandro, dos cocacolos anglosajonizados perdidos, quienes enseguida se pusieron a jalearla y a decirle a la bisabuela “tía molona” y a pelearse por llenarle el vaso de RedBull, que es lo que bebe en las cenas la bisabuela Trini. La bisabuela Trini aduce que nunca es tarde para jiñarse en la tradición ni para modernizarse y que está de gachas y de huesos de santo hasta el mismísimo “moñisco”, que no sé qué es, pero que suena a picardía, de modo y manera que va la bisabuela Trini y manda a callar de muy malos modos las protestas tradicionalistas de sus hijos y nietos, con cucharazo sobre la mesa incluido, y se larga con los biznietos cocacolos a proponer el truco o trato entre la vecindad, disfrazada de Avelina la Muerta, que era un fantasma de su pueblo con el que los niños de su tiempo disfrutaban apedreándolo. Una vergüenza. La vamos a encerrar.

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