24.10.08

¡Patos no!

Mala época esta de crisis creciente para repoblar de patos el estanque del parque de La Victoria de los que cautivaron y desarmaron al ejército rojo y dieron por terminado el golpe de Estado para ponerse inmediatamente a aporrearlo en el nombre de Dios y de la gracia que tiene. Mala época, digo. Verás tú qué pronto, en cuantico estén bien gordonchos los patos de tanto comer gusanitos, gominolas y colillas, viene algún arruinado por la desaceleración y se los papea a la naranja, al chilindrón o a la fuá de la tomuá con periñón de potorrá, buen provecho. ¿Y qué, que no había patos de aquí, de Jaén, patos jaeninos? Pues no, son patos cordobeses. Qué vergüenza, tener que ir a Córdoba a por patos, los cuales han venido a quitarles el trabajo a los de aquí. A mí es que los patos me dan un poco de asco y de repelús. Yo no me explico esos picos, vamos, yo es que no me los explico. Y esa altanería chochona que se gastan, que parecen gerentes del Ayuntamiento recién nombrados. A ver si no hubiera estado mejor meter en el estanque una buena familia de carpas de colorines, que relajan más y son más humildes, que no te miran como si uno fuera cipote, o sea por encima del ala, ni hacen eso tan lascivo con la cola, como si les estremeciera un gustirrinín.

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