27.3.08

Aborrezco

Aborrezco al voceras en voz baja, al que va de rebelde entre horas, al que mastica excrementos y, después, en vez de escupirlos, se los traga con gaseosa, ni siquiera con vodka para que se le vaya el mal aliento. Aborrezco al que se jiña en el sueldo que le dan (que le dan, no que se gana) y que no perdería por nada del mundo, al que no para de despotricar contra su amo ni cuando le está haciendo el solo de flauta acostumbrado, al payaso risitas que te señala con puñales, al arrimacebolletas de sí mismo. Aborrezco al que no se conforma con nadar y guardar la ropa, sino que además acota el chilanco, se compra la piscina o se pilla una playa privada. Aborrezco al niñato de sesenta y siete años, al viejarraco de veintiocho, a la tierna lolita del chomino colgajo y apestoso, al farlopero que toma zumitos y te mete el pestiño del karma, a las mamás descalzas y con cosas raras alrededor del pescuezo, a los que gozan con la película La soledad. Aborrezco al cojoncios y a las cojoncias que siempre utilizan para hablar el tono museo, incluso en la bulla de un bar y aun en plena tamborrada de Calanda, y todo para contar pamplinas, ¡maldita sea, cómo aborrezco eso! Aborrezco al psicólogo que busco para que me diga por qué aborrezco tanto.

No hay comentarios: