4.10.07

La maldición del Felipe Arche

Desde que, hace un pilón de años, el alcalde José María de la Torre telefoneara personalmente para citar en su despacho y explicarle la maqueta a un amigo mío que había puesto a parir en las cartas al director de un periódico el proyecto de un nuevo parque en Jaén, el Felipe Arche viene arrastrando su maldición de zona mal planeada, feorra como ella sola (porque mira que era feo el antiguo Arche, jopé, que parecía una venganza en frío) y rehecha y vuelta a rehacer. Ahora ya va por ochocientos mil euros el nuevo arreglo que los sociatas le van a hacer al golpe electoralista que los peporros enjaretaron a prisa y corriendo, pero yo estoy convencido de que ese espacio está maldito, lo que pasa es que nadie se da cuenta ni me hace caso, aquí se me toma a chufla. Pero lo aviso. Si los dineros que se ha papeado el Felipe Arche (gobernador franquista, ¿no?) desde que al De la Torre se le ocurrió perpetrarlo se hubiesen empleado en bautizar chinitos y evangelizar salvajes, te digo yo que medio mundo (o más) estaría rezando el rosario a estas horas con devoción y recogimiento. En el Arche, hagas lo que hagas, saldrá mal o será un peo, pero un peo muy caro. Tú pones allí un circo y se te cae el equilibrista.

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