Somos tontos y nos gusta

La vivienda es para millonarios, los sueldos se mantienen, los precios suben, los contratos basura nos explotan y nos escupen, la sequía nos amenaza, el terrorismo se reorganiza, la vida política española es una timba de navajeros torvos, la ultraderecha asoma la gaita cara al sol, el número de parados es el de la ruleta, los medios de comunicación son boicoteados, la corrupción urbanística nos emporca, la justicia es una risa que aún mantiene artículos del franquismo… Pero aquí lo importante y el tema de debate es que el presidente del Gobierno español ha dicho que un café cuesta ochenta céntimos. Somos un país de titiriteros de mierda, de verdad. Aquí nos dan un chascarrillo y lo sobamos hasta despellejarlo, tan felices, mientras por detrás nos la están clavando con saña. No va a dar guerra ni ná lo del café… Ya me veo las cafeterías más simpáticas: “Tómese aquí el café Zapatero”, mientras el autor del cartelito, tan gracioso y campechanote, tiene sin dar de alta al camarero ecuatoriano y explotada a la estudiante que le friega las tazas. La leche que nos dieron. Nos merecemos lo que nos pasa. De eso se aprovechan esos grajos del Congreso: de que somos tontos del culo y, encima, nos hace gracia.