12.1.07

El pasodoble de la Peñalver

Ahora sí, Carmen Puri, ahora ya te llamo yo también Carmen Puri porque ya te tengo confianza, porque me tocaste la calva, mujer audaz, barbiana, y porque el pasodoble que te marcaste con un tuno durante el convite de la Gala Aniversario de este periódico que nos verá morir ha sido el más bello espectáculo de finura, garbo, señorío y gracilidad cañí que han visto mis ojos miopes y todavía asombrados, emocionados, deslumbrados por el mimbre y el poderío de cada uno de tus pasos, Carmen Puri, españolaza, torera, tunanta, ahí, salerosa, como la tita guapa y bien situada que vive fuera y viene a la boda de la prima Angelita y da la campanada en el baile con su espontaneidad y el tronío que nadie le imaginaba, Julio Romero de Torres pintó a la mujer morena, y ese tuno se agarraba al algodón volátil de tu ritmo, y esa tuna al completo os españoleaba con sus voces macho y hasta con su guitarrón mejicano, ése que se toca con una sola mano y a pellizcos sin darse importancia, y los mirones de tu danza tan resuelta y achuchada éramos envidia perpleja y ganas boquiabiertas de ser el mozo que había hecho suyo tu talle, tu perfume y tu sonrisa contenta, Carmen Puri, enamorados todos y todas de ti.

2 comentarios:

J. G. dijo...

¿Y no estaba la Inma, tu Inma? Hace tiempo que no dices nada de ella, o no la ves.

Anónimo dijo...

Pues no, no estaba. Lo mismo entre los dos hubiésemos dejado el pasodoble de la Peñalver en una dancita tonta, pero qué se le va a hacer... De mi Inma yo escribo cuando da que hablar, y últimamente no dice mucho. Además, tampoco quiero que le vayan a llamar la atención por "favorita" del Tíscar. Ji ji...