25.4.06

"No more garraffa", eso es

Ojalá la plataforma esta que la semana pasada se presentó en Jaén acabe de verdad con el garrafón, ese delito casi diría que consentido por el consumidor, que con indignarse a la salida del bar y jurar no volver nunca a ese sitio tiene bastante. Me gustaría ver a más de un hostelero —y de dos, y de tres, y de cuatro, y de...— demudándosele la jeta y corriendo al váter ante una inspección sorpresa y la toma de muestras de los venenos con los que se hinchan de ganar billetes, aunque luego no paren de lloriquear y de asegurar lo contrario, la leche que les dieron. “No more garraffa”, que según mi diccionario de Inglés, obsequio de la margarina “Tulipán”, quiere decir “No más garrafa”, viene a apostar por que nos pongamos tontos de pirriaque y mezcolanzas, si queremos, pero del bueno, del que te jode el hígado por méritos propios y no por voluntades añadidas. Poquísima vergüenza, oye. Algo parecido debería hacer el Gobierno con el tabaco que se vende en España: mirarlo más, prohibirle tanta caca adictiva y ponzoñosa como lleva, meterles un esportón de voces a los fabricantes y censurarnos, vetarnos, marginarnos y hacernos la puñeta menos. Pero..., en fin, que si me entiendes.

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