9.11.05

Si las palomas supieran leer...

Ay, palomas de la capital jaenita, palomitas de porcelana y piquitín, huid de aquí echando leches, que os van a matar, que os van a trampear con jaulas y cebos y os van a echar de comer a los buitres, a las águilas, a los pajarracos hospitalizados en el Quiebrajano, que dicen que sois muchas, millares, y que podéis pegarnos lo que no tenemos, amén de cargaros la arquitectura añeja de la ciudad. Palomas, palomitas, palominos... Colombas del parque, aviadoras urbanas que asentís humildemente nada más tocar suelo, os llaman “ratas de tejado” cuando se cabrean con vosotras y os llaman “pájaros de la paz” cuando quieren ponerse cursis, porque mira que se ponen cursis, más que un repollo con lazo. El problema es que cagáis mucho, y como ahora nos pilláis un poco acojonadillos con lo de la gripe aviar, pues incluso Izquierda Unida os quiere liquidar, esa Izquierda Unida que es capaz de partirse la cara con quien sea por salvar al cernícalo primilla y otras aves de las que no comen productos Risi en nuestra mano. Pobre paloma, ya no sólo te equivocas para Alberti y confundes faldas con blusas y demás cipotadas, ahora también eres un peligro para los hijos del marinero en tierra.

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