2.11.09

En corro

Qué cómico el pobre Mariano Rajoy yendo de acá para allá con su tubo de silicona en la mano, tapando fisuras, manoteando huecos, metiendo estopa en las grietacas que le salen por doquier a su partido. Repara algo de lo de Gürtel y tiene que salir echando leches para improvisarle un remiendo a lo de Madrid, desde Cataluña le pegan voces para avisarle de que la Montserrat Nebreda se larga y que ha escrito un libro perverso y allá que va Mariano con la lengua fuera y su soldador fatigado, el cual apenas puede encender porque en Caja Madrid se le están matando y ahí está la Esperanza Aguirre y esa no se anda con tonterías, esa te mete un dedo en un ojo y después de pide por favor que prepares el otro, que hay más dedos que meter. A ese hombre, a Rajoy, dios no lo quiera, terminará dándole algo, tanto estrés no es bueno para nadie, ni siquiera para uno de derechas. A ver así cómo diablos se ensaña uno con el Gobierno y su crisis. No hay manera. A Mariano se le están cachondeando en corro de la patata, alrededor suyo, y detrás de un árbol está Aznar mirando y riéndose con la autosuficiencia de quien se sabe capaz de mandar a callar a todo el mundo mediante el simple gesto de levantar un dedo. A Mariano Rajoy le quedan dos peinados políticos.

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