Cadáveres

A tanta bruja pasada y a tanto muerto viviente habría que darles más gachas, más santos, más cuentos coñacillo de la abuela, aunque huela, aunque no hable bien, el hueso de santo pasado no tenía tuétano y hubo que inyectarle uno de algodón tipo alma, tipo espíritu, tipo corazón, el truco o trato debería volver al susto de los muertos que ya no nos quieren ni ver, no se nos puede hacer más daño estando vivos, hemos llegado a los Santos y a los Difuntos sin la pelliza y eso traerá mal fario, es un presagio seguro, la aceituna se atonta, se pregunta esto qué es y los cadáveres pasados se pudren con ruidos, con flatulencias, estamos en la primavera de los difuntos, los niños corren a asustarnos con la litrona y el porrete y nos lo pensamos dos veces antes de darles una patada en el culo, donde suelen llevar pegada con chicle la Ley del Menor, eres una bruja, una muerta que pincha, el dolor te ama y los lutos nos esperan a todos en el armario maravilloso propiedad de Ikea, ya no hay noches de castañas ni castañeras felices, hace calor y el gusano amarillo y rechoncho de la castaña no se aviene a razones, vivimos fechas de derrumbes y encima tenemos que soportar la solanera canalla de un hombre del tiempo borracho y cegato y muy mal hablado, no hay razón, no hay razón.