Pues yo no sé a ti, pero a mí me gustaba más la Férriz, dónde va a parar. El Gallarín ese tiene demasiada cara de llamarse Gallarín, es un Gallarín muy gallarín, se le ve, tú lo miras y dices: oh, oh, qué gallarín es Gallarín, hay que ver. La Ángeles ha perdido la Alcaldía de La Carolina por un Gallarín cualquiera y eso es muy triste. No es lo mismo perder una alcaldía por un, yo qué sé, por un Jaracándara de Mollosa, pongamos por caso, que por un Gallarín que, además, se merece el apellido. Normalmente son los nombres propios los que ponen o no ponen cara de llamarse así, raras veces el apellido, pero en este caso sí. A mí que no me llegue un Gallarín con un notario (qué valor) a decirme que el poder es suyo y que ya estoy largándome jiñando lácteos. Qué indignidad. Tú tranquila, Férriz, que verás tú qué pronto tu pueblo empieza a hacerle mohines al Gallarín de tus mociones. Lo abuchearán, lo abuchearán y lo abuchearán, ¿no ves que es del PP? La Carolina no está acostumbrada al PP. Je je. Ese Gallarín no va a poder dar ni un paso ni inaugurar nada sin los pitos correspondientes. ¿Verdad, La Carolina? Pues claro. Lo arrebatado quema, lo arrebatado harta. La Férriz tumbó a Palacios y eso cría sangre de heroína. Un respeto. Es mucha Férriz la Ángeles.
19.10.09
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