1.2.09

Hacer caja

Tuvieron mandanga los veinticinco eurazos en patio de butacas para ver La cena, de Els Joglars, veinte en anfiteatro. Al margen de la calidad de la obra y la compañía —muy buena—, tiene mandanga el palo en taquilla y el tufo a recaudación pelotaza que desprendía. Viene Els Joglars, la gente va a acudir a llenazo, vamos a aprovecharnos y hacemos caja. Precios de Madrid, o ni eso, en un teatro, el Infanta Leonor, que carece, porque quiere, de planes de descuento a grupos, jóvenes, jubilados, estudiantes…, tal y como hacen la mayoría de los teatros españoles y hasta los buenos teatros españoles. El año pasado, cuando La cena fue a Linares, costaba quince euros la entrada. ¿Qué pasa, que hay que demostrar que una cosa es Linares y otra la gran capital jaenita? Veinticinco euros les dan sus padres a los muchachuelos que habitan otros jaenes para que pasen el fin de semana, ¿se lo van a gastar todo en una entrada de teatro o sólo queremos a los muchachuelos del Jaén de los cien pelotes cada viernes? No es forma esa de llevar a la juventud a las butacas para que asistan a un espectáculo que, además de verse y oírse, se huele, se lee, se siente y en ocasiones incluso se toca y se paladea. Un teatro que, además, necesita micrófonos porque la acústica es una caca.

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