Hay que ser muy ser humano para matar niños envenenando leches para el consumo infantil. Los cinco continentes son cinco gargajos removidos por gargajeros que inventan gobiernos, bancos, multinacionales y pelos para la lengua. Salen bien en la foto al lado de un niño muerto porque les han envenenado la vaca, la leche, la vida, el futuro, la sonrisa, los berrinches. Qué ojitos más pegados los de los niños muertos, qué soñoliento fallecer sin culpa ni gloria, suavitos de olvido, fríos de injusticia. El mundo y su dinero marchan día tras día. Si se acabaran los días, el mundo y su dinero no dejarían de marchar. Fuentes de cieno junto a los palacios de mierda pintada con purpurina, colosos de arquitecto de renombre tocándose la pera y lavándose las manos en los pañales de los niños muertos. Maman la leche industrial, que tiene las tetas de mármol, y después ni siquiera les dan golpecitos en la espalda para que eructen. Pechos infectados de progreso y beneficios rápidos, rápidos, rápidos, rápidos… Abre la boca, niño, y toma tu cucharada de lejía. El niño llora y saca la lengua, es que es un niño y nos hace burlas, tú no le hagas caso, cántale y que se duerma. Hay que ser muy ser humano para matar niños contaminando su leche. Ya ni se molestan en pegarles un tiro.
23.9.08
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