3.6.10

La Cerradura

Permitidme que os haga una preguntilla, vecinos de La Cerradura: ¿sois tontos o qué os pasa? No me respondáis ahora, respondedme después de que el suministro de agua en vuestra pedanía funcione con corrección y regularidad, aunque a lo mejor nos dan las uvas de veintitrés Nocheviejas antes de poder recibir contestación. Es que no me explico cómo no habéis reventado ya o cómo no habéis reventado a alguien —políticamente hablando— tras tanta fatiga como pasáis con los grifos, cagontó. Que estamos hablando de agua, copón, de un servicio básico e imprescindible que vuestra alcaldesa y vuestra Junta y vuestra Diputación se pasan por los vértices pudendos mientras se lavan la conciencia y el careto mandándoos camiones cisterna para que os refresquéis los sobacos. ¿Desde cuándo lleváis así? ¿Desde cuándo esa gentaca a la que pagáis un sueldo no se quiere gastar un céntimo en arreglaros las tuberías? A lo mejor es que a los cerradurinos —y a los que en verano triplican la población de la aldea— no os consideran seres vivos que necesitan agua para vivir, no os consideran personas que necesitan el agua para ir limpias; a lo mejor es que están convencidos de que sois de palo revestido con borra. No te extrañe, porque me da a mí que, protestar, protestáis muy poquito.

1 comentario:

silatica dijo...

hermosa combinacion de palabras