17.6.10

40 años

Tres meses llevaba este mundo disfrutando de mi presencia cuando se inauguró el mercado de la República Independiente de Peñamefécit, hace 40 años, un noble edificio plano y entre colegios que nos saludaba a los nenes cada mañana, camino del matadero de la EGB, con ese efluvio alegre, biológico y maternal que armaban las verduras, los pescados y el pregón de los mercaderes y que, por las noches, cerrado, desierto y vigilado por bujarrones, nos cedía gustoso la rampa de los carritos para que nos escurriéramos sobre cartones o sobre el propio culo, trineos chuléricos de cuando los niños éramos niños y no figuritas de porcelana. No era “el mercado”, era “la plaza”, nuestra plaza, y el hecho de tenerla en territorio barrial nos permitía a los republicanos peñamefeciteros hablarles de tú a los señoritos chirris del Jaén de arriba. Allí nuestras madres, con sus monederos de broche bajo el brazo, hablaban de duros con el Azafranero, Manolo el de la carne, Carmencita, hoy regenerados por Víctor, Pepi, Ana, todos tan gigantes detrás de sus puestos llenos de vísceras, melocotones, pimientas y huesos blancos. Aquella plaza de abastos nuestra, de suelo gris untado de liquidillos rosa y acelgas pisadas, sigue siendo un gran mercado, está de aniversario y se nos mete en la biografía. Felicidades.

1 comentario:

Marcos Muñoz dijo...

Extraordinario, tío. Otra vez más, me has llegado.