18.9.09

El epigastrio

El Josenrique ha de tener un nudo en el epigastrio de agárrate el epigastrio y no te menees el epigastrio. Y no por la responsabilidad que supone haber sido designado oficialmente candidato a la Alcaldía de Jaén por el PP. Eso un político se lo traga bien, el epigastrio le da de sí como la tripa de un morcón y si además te aplauden el señorito Javier y el Montoro, pues no te digo nada: ahí el epigastrio adquiere una holgura de manga de pelliza por el que pasan trombas de parabienes y orgullos personales. Lo malo es la gente. Eso lo saben en el PP jaenaco, que a Fernández de Moya la gente se le da muy mal, que no conecta, que el pueblo llano le da así como repelús y que la soltura que demuestra caminando entre los cepos políticos de despacho se convierte en una fobia cuando se ve rodeado de plebe greñuda pidiéndole cosas. Ahí el epigastrio se le pone del tamaño del ojete de una lagartija. Apañado va. No me extrañaría que estuviese recibiendo cursillos de trato; de hecho, en el primer acto público se hará acompañar del Alfonso Sánchez Herrera, que en eso de vérselas de buen rollito con la gachonería es un maestro. ¡Amos pa’lante, nene! Que el vecindonguerío puede llegar a ser muy pestiñazo, sí, pero tampoco le muerde a nadie. Bueno, al menos, hasta ahora.

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