13.5.09

Los esfínteres

Ruego a mis lectores socialistas y también a los de izquierdas y extrema izquierda que se pongan durante un momento en el pellejo de esas criaturas, evidentemente equivocadas, que, por lamentables circunstancias de la vida, procesionan en el conservadurismo, la moral, el catolicismo y demás disparates. Pongámonos en su lugar, digo, y recibamos, tras la ampliación zapatera de los casos de aborto, la noticia de que la “píldora del día después” se va a despachar sin receta médica y a cualquier mujer que la solicite en la farmacia de su esquina. Jopé, los estamos matando a disgustos y eso hay que reconocerlo, aunque no sea más que humanamente. Lo digo en serio, ¿eh? No nos podemos hacer idea de hasta qué punto, a fuerza de sobresaltos y ascos internos, estas medidas gubernamentales minan su salud, quebrantan sus fuerzas, atontan sus esfínteres. Y no sólo la salud de sus cuerpos, también la que, supuestamente, les viene prescrita en la Constitución. Supongamos que, cuando el tipo aquel, Aznar, el Gobierno hubiese prohibido el condón y declarada obligatoria para todos los españoles la misa diaria. ¿Cuánto no se nos hubieran rebelado las tripas y la masa de la sangre? Pues lo mismo les está pasando a los derechunos, pero de verdad. Pobres.

1 comentario:

Dany dijo...

Muy bueno el artículo de hoy.

Por cierto, leí hace poco tu cuento "Pajas". Excelente. Divertido.
Me dieron ganas de recordar mi infancia tumbándome en el suelo, lo malo es que me he aburguesado, y ahora tengo parqué.
Saludos.