19.3.09

En Plutón

Raro es el día que el funcionamiento de la Justicia española no nos hace torcer el gesto e incluso pegar un puñetazo en la mesa y blasfemar con devoción, casi siempre debido a algunas de sus polémicas resoluciones, pero otras veces por culpa de sus contradictorios mecanismos. Resulta que en España no es delito obligar a las fuerzas de seguridad a montar un dispositivo sin precedentes para localizar un cadáver en un río y que, muchos días después, tras infructuosas y costosas y angustiantes búsquedas, digas que no, que al río no lo tiraste, que lo tiraste a la basura, y vuelta a empezar. Eso no agravará la pena del presunto asesino de Marta del Castillo si, finalmente, lo declaran culpable, porque, según la Constitución, un acusado puede no declarar, declarar lo que quiera y rectificar cuanto desee sus declaraciones o cambiarlas por completo. Es un derecho, vale. Pero también es la leche, oiga. ¿Qué pasa entonces con aquello de la obstrucción a la justicia, que sí es delito tipificado en el Código Penal? Ahí se pegan de bofetadas dos conceptos. Es más: si a alguien se le ocurre declarar que se ha deshecho de un cuerpo enviándolo a Plutón en una cápsula espacial y que en Plutón está, tampoco podrían acusarlo de desacato a la autoridad por cachondearse de ella, ¿no?

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