9.4.08

El beso

Ese cuello estirado hasta la vena y el tendón, ese mentón alto en contrapeso con el moño, ese morro cítrico de la alcalda Purificación en la fotografía de don Agustín Muñoz publicada en la segunda página del JAEN de ayer… Ay, qué documento. Se ve perfectamente que la delicada ninfa sociata no quiere acercarse demasiado al teniente Cano, como si éste le fuera a pegar algo en el beso que se dan, tal vez el microbio de la cabezonería presupuestona o un concepto de la izquierda de pueblo que ya nos está tocando un poco los cascabeles a los pueblerinos. Y esa Carmen Guerrero detrás, mirando de medio ojillo y haciendo jiiii ji ji ji ji… Ni el beso para las fotos con las que nos engañan les sale ya natural. Bueno, sí: naturalmente forzado. Esa americana anticuada de José Luis, su alianza en la izquierda, esa blusita de punto blanco de la alcalda, con cuellecito de las Jesuitinas, el zarcillo mínimo, el párpado impertinente. Hora de encerrarse en el despacho izquierduno para pasarse por los labios el dorso de la mano y cantarse las cuarenta, pese a que ni las cuarenta de cantar están aprobadas. Y la Guerrero detrás: jiiii ji ji ji ji, jiiii ji ji ji ji…, como si supiera algo que nadie sabe o como si a su jefa Remedios le hubiesen pegado un chiste de Forges en la espalda.

1 comentario:

AguLuna dijo...

hay otros besos para ver y analizar con tu ojo critico. Saludos
http://aguluna.blogspot.com/2008/04/mas-que-amor-frenes.html